El 2026 promete soluciones, Pero ¿Serán suficientes?

El presidente de la República, José Raúl Mulino, adelantó que el 2026 será un año de grandes transformaciones y soluciones a muchos problemas que han sido postergados durante años.

Esta declaración ha generado diversas reacciones entre economistas, quienes coinciden en que el país necesita un cambio estructural profundo para enfrentar desafíos persistentes, como el bajo crecimiento económico y el desempleo.

El economista Raúl Moreira fue claro al señalar que, hasta el tercer trimestre de este año, de los 10 sectores más dinámicos de la economía, solo uno está entre los cinco que más empleo genera.

“Este escenario plantea un reto significativo: no solo debemos tomar medidas para estimular el crecimiento económico, sino también para asegurar que ese crecimiento se traduzca en la creación de empleo de calidad, sin que se convierta en un caldo de cultivo para la división social y cultural”, subrayó Moreira.

Estas declaraciones surgieron a raíz de las palabras del presidente Mulino, quien, en su mensaje del 2 de enero próximo, adelantó que abordará precisamente este aspecto, haciendo un llamado a la unidad nacional y al trabajo conjunto entre los distintos sectores del país.

El economista René Bracho identificó los dos principales problemas económicos actuales: la escasa liquidez y el alto desempleo. Destacó la importancia de que el sector bancario, tanto privado como público, juegue un papel clave para inyectar liquidez a la economía.

Ante esta situación, Bracho hizo un llamado urgente al sector bancario para flexibilizar sus políticas de otorgamiento de créditos, tanto de inversión como de consumo. “Es necesario eliminar las trabas y los requisitos redundantes y burocráticos”, agregó, subrayando que la flexibilidad en el acceso al crédito es fundamental para dinamizar la economía.

Bracho también destacó que a medida que se implementen proyectos de inversión, se podrá mejorar la situación económica tanto de los hogares como de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), las cuales son fundamentales para la reactivación del país.

El consultor laboral René Quevedo coincidió con el presidente Mulino, destacando que, si se alcanza una negociación positiva respecto a la mina de Donoso, el 2026 podría ser un año de consolidación de las tendencias económicas positivas.

El presidente Mulino también se refirió ayer a la situación de la planilla estatal, señalando que “la planilla tiene sus razones de por qué sube o por qué baja. En gran medida, está congelada en varios sectores debido a leyes especiales que garantizan aumentos salariales cada cierto número de años, y también por los fueros que existen, que, a mi juicio, son algo exagerados, especialmente en relación con las licencias por enfermedades. Estamos trabajando en eso”, recalcó Mulino.

Ante estas declaraciones, Quevedo, quien también es consultor económico, observó que, aunque la economía ha crecido, este crecimiento solo ha generado empleo informal y en el sector público, gran parte de él financiado con deuda.

Quevedo indicó que, entre agosto de 2012 y octubre de 2024, se perdieron 24,174 empleos formales en el sector privado, mientras que el empleo público creció con la incorporación de 63,044 funcionarios y 264,153 trabajadores informales. “Cada trabajador asalariado que perdió su empleo en ese período fue reemplazado por tres funcionarios públicos y diez trabajadores informales”, acotó el experto.

Desde 2012, según Quevedo, el Estado ha sido el principal generador de empleo formal, con los mayores aumentos salariales concentrados en este sector. “Hemos creado una economía artificial, donde los beneficios se convirtieron en derechos, financiados con deuda y defendidos con consignas”, concluyó.