Efecto destructivo es más rápido con la Lista Clinton

Miembro del Consejo Editorial, Eloy Alfaro, analiza el panorama de los diarios
  • lunes 09 de enero de 2017 - 12:01 AM

ENTREVISTA

Cuál será el futuro de los diarios El Siglo y La Estrella de Panamá en seis meses cuando se venza la licencia que extendió la Oficina de Control de Activos (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos? Es ta y otras inquitudes las responde Eloy Alfaro, exembajador de Panamá en Washington, D.C.

¿Se prolonga la agonía pero con las mismas posiciones, qué va a cambiar?

Es un hecho que la licencia, si bien se anunció a última hora cosa que me parece una crueldad porque se mantuvo en agonía a los empleados, y me parece cruel, es cierto que se extiende la oportunidad para buscar soluciones aunque no parecieran ser muchas. La situación continúa siendo la misma. El problema con la lista Clinton y en este caso aplicado a Gese, es que es un mecanismo confiscatorio, es arbitrario, porque obliga a las personas y empresas involucradas a deshacerse de esas inversiones sin que haya habido un proceso en el que el propietario haya sido condenado. Hay poca oportunidad de que ningún proceso pueda resolverse o concluirse antes de que los efectos retroactivos hayan acabado a la víctima.

Vamos a suponer que los periódicos no se vendan..

Estados Unidos ha vuelto a expresar por voceros del país, y por lo que yo interpreto son voceros de Panamá, si la situación continúa, es que en poco tiempo estaremos en la misma situación por no haberse decidido a desvincularse de por lo menos el 51% de la inversión. En ese caso podría negarse una nueva licencia y los periódicos continuarán en esta zozobra, en realidad lo importante va a ser si hay algún mecanismo o si alguien cambia de postura, pero desde un punto de vista de principios el problema es que hay una afectación a la libertad de expresión. No posible que depende de los Estados Unidos quién puede ser o no propietario de un medio de comunicación sin que por lo menos haya habido un proceso que lo haya condenado por lavado de dinero.

¿Por qué en este tipo de casos no se pasa de un proceso administrativo a uno criminal?

Porque los procesos judiciales demoran mucho tiempo pero el efecto destructivo ocurre con mayor rapidez.

¿Entonces el propósito no es poner en la cárcel a la persona sino destruirla económicamente?

Así es. La manera como la lista se ha aplicado a Panamá en la que se han incluido las 68 empresas, según me explican los abogados, es una especie de desnaturalización de la propia lista porque no estaba diseñada para ser aplicada de esa forma.

¿Cómo se manejan estas situaciones espinosas en la diplomacia?

Lo primero es que hay que decirle de frente al país con el que uno tiene una diferencia de criterios, cuál es el criterio propio. Yo no tengo manera de saber si esto ha ocurrido, asumo que sí se ha hecho. El segundo paso es tratar de que esa posición que adopta el gobierno afectado, en este caso Panamá, lo conozca la opinión pública y que trascienda por los canales formales al otro país. Creo que algunas de esas cosas se han hecho, creo que el Gobierno ha hecho algo de eso porque se han cursado cartas donde se hace trascender la posición diplomática de Panamá. Me parece que el problema ha sido más bien que el gobierno no ha logrado con identificación que está comprometido con la defensa de los derechos de los panameños y en este sentido que se opone, que denuncia, las arbitrariedades que este sistema permite y que tiene consecuencias tan serias como el que en los medios acabamos de vivir.

¿Y cómo se toman este tipo de decisiones, de poner a cierta empresa en la Lista Clinton?

El Departamento de Estado tiene que haber dado el visto bueno. O la carga de la prueba es enorme, y verdaderamente afecta o no, y por alguna razón dijeron denle. El momento fue oportuno después de que Panamá se debilitó por los Papeles de Panamá.

¿Qué tal se la pasa uno como embajador?

Depende de lo que esté sucediendo. Como la puedes pasar muy bien, o mal.

Es su época, ¿cómo le fue?

En mi época fue la recta final para la transición del canal y el objetivo era que transcurriera a esa última etapa para poder llegar a la transición de 1999 de manera que la gestión era no hacer tanto sino no crear olas.

O sea que fue una etapa muy interesante…

Excepto con relación al Centro Multimodal Antidrogas, la negociación estaba en un punto muerto porque en el criterio del entonces presidente Ernesto Pérez-Balladares y de muchas otras personas, implicaba una base militar disfrazada sin que se hubiera negociado de frente una base. Así que no parecía tener sentido.

Y a su juicio, ¿era una base o tenía otra intención?

Yo creo que lo que los Estados Unidos requería para mantener desplegado su personal en Panamá, tenía demasiados ingredientes parecidos a los de una base sin que fuera claro el propósito, porque el propósito general era mantener una lucha contra el tráfico de drogas, pero sin embargo tenía un elemento que no se podían apreciar con claridad. Por ejemplo, no se sabía cuantos militares iban a tener desplegadas en el país, y resultaba muy difícil entender qué era eso. Ahora hay ciertos elementos de esa misma base como son los vuelos de reconocimiento que se están haciendo con aviones de Estados Unidos desde Panamá todos los días.

¿Fue adecuada la decisión de Panamá?

Fue muy bueno porque rompió con la presencia militar de Estados Unidos en Panamá de manera definitiva. Eso hubiera sido un enredo tener aquí ese planteamiento.

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