Edith de Mena: La voz de mateo 4

‘Hay ángeles que suben, ángeles que bajan', reza la afamada adoración de la agrupación cristiana New Wine, la cual gana miles de ‘me gusta' de tantas personas en el sitio web de vídeos que empieza con ‘Y'
  • domingo 21 de noviembre de 2021 - 12:00 AM

A cientos de kilómetros, justo a las 6:00 p.m. de un ‘Miércoles de Milagros' en el templo del Ejército de Dios, enclavado en la calle novena de Río Abajo, esa melodía retumba en las paredes y en muchos pechos. La voz emana de una mujer afrodescendiente, estatura media, con una corona de cabellos afros, se trata de unos rizos perfectamente definidos, que acompañan las cuerdas vocales y el diafragma de quien asemeja a las cantantes afroamericanas de góspel. Ahí estaba ella, entregando su amor a Dios en una alabanza, mientras los ojos del Pastor Derek Bulgin, miraban el cielo, su amplia estatura y contextura delgada esperaban para iniciar la prédica con los brazos abiertos.

La presencia de Edith camina con el Espíritu Santo, dicen los rumores de quienes la admiran, su tono grave y alto levanta al más dormido, llama a un momento de intimidad con Dios a quien se distrae y es imposible ignorar su llegada, impacta el silencio con el que entra y la fuerza que deja cuando termina una adoración. ¡Ella es maravillosa!, se le escucha decir a una señora en la cuarta fila de bancas color vino, justo en el centro de la parte baja de dos altos, del área de dos altos contemplada para los cultos.

Edith de Mena, es una de las Ministras de Alabanza del Ejército de Dios. Desde hace 15 años es parte de esa comunidad cristiana. Dos años después de congregarse como guerrera espiritual, pudo conocer que su voz tenía un destino. El responsable del hallazgo fue su esposo James Mena Arce, quien la escuchó cantar desde el baño y le profetizó que su voz estaba destinada a la adoración de Dios. Su mensaje permanente de WhatsApp dice ‘Nací para adorar a Dios'.

Edith fue ungida hace poco por el Apóstol Carlos Morales, quien le profetizó le esperaba recorrer naciones. Hace pocos meses estuvo en Nicaragua junto al Pastor Bulgin, cuentan que fue profundo lo que se vivió en esas tierras. Y este 27 de noviembre es un gran día, ella presentará sus letras públicamente en un evento en un hotel de la localidad.

A la entrada del templo, las rendijas se llenan de sereno, culmina el culto. Son las 10:15 pm, Edith está sentada en una mesita pequeña al lado de James, quien promueve los boletos del evento, tiene el arte de un vendedor con un estilo de comunicador. Edith es más callada, pero ríe con los labios y con los ojos que se le achinan levemente, eso comunica muchísimo a quienes no dejan de pasar a su lado para desearle éxitos en su actividad o para abonar un boleto del evento. Es un ser impecable al vestirse, siempre elegante, sobria. Adentro del saco de huesos y carnes que la componen, es un ser sencillo en el trato, oriunda de la Ciudad de Panamá, fue criada por su bisabuela materna, al separarse sus progenitores. Sus abuelas, como las de muchas mujeres afrodescendientes, tienen gran importancia en su historia. Fue justo la madre de su padre, de quien tiene recuerdos de cuando la llevaba al Tabernáculo de la Fe, a la edad de 6 años.

El tiempo ha pasado desde entonces, se casó con James y tuvieron 4 hijos. Lamentablemente, falleció su hijo Israel hace 4 años, a quien ella llama ‘mi primer bendición', y quien hoy tuviera 12 años. Le siguen en la crianza, Santiago, Noemí y Emmanuel. Además, está al cuidado de un hermano.

‘Mi momento más difícil fue la partida de mi amado Israel hace 4 años, Dios en medio de esté dolor día tras día dio bálsamo a mí corazón. Su nacimiento, porque no podía tener bebé y al nacer Israel fue una inmensa alegría a mi vida y a mi esposo', acota Edith en medio de un mensaje de WhatsApp a 45 kilómetros de quien la entrevista.

Detrás de esa hermosa corona de cabellos afro hay un dato que pocos saben, Edith salió al natural por causa de que a los meses de fallecer su hijo se le calló todo el cabello y decidió no utilizar químicos en su cabello, unos rizos bien definidos que algunos días se elevan más de la cuenta, según la inspiración de la cantante.

Las pruebas y procesos en Edith son eso, parte de una vida donde Dios es una prioridad y parte de su camino, es decir, quien le acompaña en todos estos episodios. En estos días, un nuevo desafío se le presenta, pues se encuentra en una batalla donde asegura saldrá victoriosa la salud de su niño, quien se encuentra en un hospital.

Las letras de Edith, han salido de la palabra leída con su esposo, y a solas en medio de adoración y oración comienza. Le inspira leer la Biblia, de allí que todas las letras de sus adoraciones, que inició a escribir desde hace 6 años, se basan en un pasaje bíblico. Es difícil concebir a Edith sin James, son una pareja fortalecida en el amor de Dios, sencilla, bondadosa al trato, con suma humildad.

Para ella, es de gran bendición expresarle a Dios su pasión y amor. En medio de todo el proceso, tiene las fuerzas para hablar de la obra de Dios y de su caminar que empieza con el lanzamiento de su primer sencillo, denominado ‘Mateo 4'.

Hace 35 días Emanuel está en un hospital. A alguna hora de la tarde-noche termina de darle de comer a su hijo en ese nosocomio, y me envía múltiples fotos de su familia, vídeos de su gran talento y don, al tiempo rememora entre preguntas que no alcanzo a hilvanar, la dejo fluir y me entero que su alabanza favorita es aquella titulada ‘Al santo lugar', porque es una adoración que le hace entender que Él, Dios, es su sustento de vida y que solo en Él puede obtener lo que más necesita, que es su presencia.

Con esa ternura en la mirada, Edith acaricia deseos, como tantos panameños y panameñas, y tiene un sueño concreto de ver crecer a su generación adorando y sirviendo a Dios. Los planes son que sus adoraciones sean alimento espiritual para las almas que necesitan ser libres por su Palabra.