El drama de la basura en Darién por el paso de migrantes

¿Cómo exigir que haya una migración amigable con el ambiente sin ser insensibles?
  • domingo 01 de mayo de 2022 - 12:00 AM

Si el tapón del Darién pudiera contar historias, hablaría de sueños y esperanza, pero también de dolor y muerte. Hablaría de naturaleza exuberante, pero también de basura y contaminación.

Muchos de sus parajes, casi inaccesibles en la frontera compartida entre Panamá y Colombia, son violentados por angostas trochas que se mantienen vivas por el paso de miles de migrantes que transitan hacia el sueño de una vida mejor.

Lamentablemente coinciden en ruta con traficantes humanos, comerciantes especuladores, cazadores furtivos, taladores insensibles, ladrones y hasta guerrilleros… ese es otro tema en sí mismo.

Pero el tópico de hoy es basura y contaminación ambiental, algo de lo que poco se habla cuando se aborda la migración por Darién, seguramente porque los temas del drama humano lo eclipsan.

Pero cuando se visitan estos lugares, de inmediato se advierte que el drama de la basura también está latente. Hay basura, mucha basura. Igual se observa en los senderos.

Todos esos desechos apilados en esquinas, dispersos libremente en tierra o flotando en las riveras golpean la vista cuando uno entra en contacto con la llegada de migrantes a los primeros poblados panameños, lugares que los acogen tras sobrevivir a la travesía de varios días por el tapón del Darién.

La mayoría llega sin nada, o con muy poco equipaje. Pero aquí hay un secreto que se desconoce a este lado del país: en Colombia venden un ‘kid de migrante', que mucho queda disperso por la selva.

¿Vender estos implementos de supervivencia es una forma de apoyar a los valientes que se adentran en la selva, o acaso es una forma de lucrar con la necesidad?

El asunto es sensible y las respuestas habría que darlas con sumo cuidado.

Cualquiera crítica parecería de mal gusto o injusta hacia las personas migrantes y sus familias, que lo que necesitan es apoyo y no señalamientos.

De hecho, hace poco el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, se refirió a esto, calificándolo como ‘un tema un poco delicado'.

Claro que en la Defensoría del Pueblo no es un tópico nuevo. El propio Leblanc ha sido valiente y ha ventilado la contaminación del ambiente vinculada a la migración que sufre nuestro país, en foros internacionales como la Cumbre Climática de Glasgow (Escocia), la 26ª conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático o COP-26. También en República Dominicana, y en la propia Colombia.

Mi apellido es Leblanc, de Francia, no puedo estar en contra de la migración. Pero lo importante es cómo hacer que esta migración sea amigable con el ambiente', ha dicho el ombudsman.

Incluso Leblanc ha sido más directo, con una petición concreta: ‘que Colombia deje de estar vendiendo ese ‘kid de migrantes', pues el 90% de eso queda en el camino'. Es decir, contaminando la selva y las zonas cercanas a los poblados de originarios.

Piensen en algunos de los artículos que trae este ‘kid'... botas de caucho, colchonetas y hasta estufas portátiles a gas. Luego multipléquenlo por cientos de personas que lo adquieren.

Seguramente todo eso será muy útil en la selva, pero, ¿qué le ocurre al ambiente cuando la mayor parte termine como basura en los bosques?

Desde acá algunos podrían decir que no es un problema tan urgente, pues todo queda lejos, en la inóspita selva de Darién. Pero no es del todo así, el polémico kid y sus desechos ya está contaminando ríos que son las fuentes hídricas de comunidades receptoras de migrantes, como Bajo Chiquito... Una paga injusta para quienes le tiende la mano al migrante, ¿no creen?

Informe al Minsa y a la AAUD

Soluciones. Bolívar Rodríguez , director de Asuntos Ecológicos de la Defensoría del Pueblo, confirmó a El Siglo que desde el año pasado se entregó un informe completo de este tema al Ministerio de Salud y a la Autoridad de Aseo, lo que dio pie al nombramiento de funcionarios en el lugar.

comments powered by Disqus