Durante una entrevista ofrecida para Radio Panamá, el diputado Luis Eduardo Camacho, abordó la reconfiguración de fuerzas políticas en la Asamblea Nacional tras la elección de la nueva junta directiva, y analizó el rol del Ejecutivo y los desafíos políticos que enfrenta el país.

Uno de los puntos más sensibles que aclaró fue la relación entre el presidente de la República y la candidatura de Shirley Castañedas, quien aspiraba a la presidencia de la Asamblea respaldada por RM. Camacho fue enfático al decir que “el presidente no era enemigo de la candidatura de Shirley Castañedas. Pero no significaba que la estaba apoyando”, descartando así una ruptura directa, aunque admitiendo que desde el Ejecutivo no hubo un respaldo explícito hacia su partido en esta contienda.

El diputado también destacó que el hecho de que un funcionario del Ejecutivo sea nombrado por el presidente no implica una afiliación automática al partido de gobierno. “Decir que el ministro porque entró al gobierno ya endosó al partido del presidente es insultar la inteligencia de la gente”, señaló, aludiendo a posibles diferencias internas y matices políticos dentro del gabinete.

Camacho también se refirió al desempeño de su bancada en esta coyuntura: “La bancada de Realizando Metas se mostró consolidada”, afirmó, aunque reconoció que el panorama político es complejo y que la relación entre los partidos se mueve entre intereses, alianzas cambiantes y disputas internas.

En otro momento clave de sus declaraciones, anunció que presentará una iniciativa legislativa para promover un diálogo nacional. “Voy a presentar una propuesta para que la Asamblea plantee una resolución para una convocatoria a un diálogo nacional entre los actores que competen”, indicó, resaltando la urgencia de establecer puentes entre los distintos sectores del país.

Finalmente, al referirse al discurso del presidente durante la instalación de la nueva legislatura, Camacho expresó: “A mí me gustó el discurso del presidente”.

Estas declaraciones se dan en un escenario político en el que los partidos aún buscan definir sus posiciones ante el nuevo gobierno, mientras la ciudadanía observa con atención las primeras decisiones del periodo legislativo.