- lunes 23 de septiembre de 2024 - 12:00 AM
La dermatitis seborreica es una enfermedad frecuente de la piel, de evolución crónica y recurrente, que lo pueden padecer desde bebés hasta adultos.
De este problema es testigo Raquel Araúz, quien comenzó a ver cómo su hija, desde que tenía nueve meses, presentaba caspa (descamación blanquecina y fina) en su cuero cabelludo, sin imaginar que con el paso de los años se iba a complicar.
Se trata de una enfermedad que oficialmente se le diagnosticó a su hija a los cuatro años de edad cuando decidió acudir al dermatólogo, porque en vez de mejorar, la capa era más abundante, pese al aseo que se le hacía a la pequeña.
“Ya no sabíamos qué hacer con la caspa. Hasta se le estaba cayendo el cabello a la niña, por eso acudimos al especialista”, expresó.
Actualmente, la pequeña recibe un tratamiento por esta enfermedad, que se controla más no se cura. Se le recomendó el lavado diario de la cabeza con champús medicados y evitar el uso de aceites y remedios caseros porque podrían complicar su condición.
De acuerdo con dermatólogos de la Caja de Seguro Social (CSS), entre ellos Ana De Gracia, la dermatitis seborreica infantil se presenta en los primeros meses de vida, debido a la influencia hormonal de la madre durante la vida fetal por la acción de los andrógenos maternos, generalmente auto resolutiva. Según el criterio médico, algunos casos necesitarán más tratamiento.
Este padecimiento no solo se da en el cuero cabelludo, sino también en el rostro, el área preesternal (pecho) e interescapular (espalda alta) y en los pliegues corporales, que son zonas con abundantes glándulas sebáceas.
Especialistas han indicado que aún se desconoce la causa exacta de esta patología, pero se sabe que existen factores hereditarios o de susceptibilidad individual, así como también la presencia de un hongo llamado malassezia (anteriormente conocido como Pityrosporum ovale), que forma parte de la microbiota (son microorganismos) normal en la piel de las personas y que en ciertas condiciones puede generar esta enfermedad.
Otras causas pueden ser hormonales, deficiencias nutricionales, variaciones estacionales, inmunodepresión y emocionales, en las que el estrés también juega un papel importante, como principal desencadenante de los brotes
La persona que la padece puede llevar una mejor calidad de vida si acude al dermatólogo para saber el manejo adecuado, según localización y severidad. Además del tratamiento que será individualizado para cada paciente.