Debate........... Una opinión

Un profesor de filosofía dijo: ‘lo más difícil es pensar, por eso abundan los creyentes'. Luego comprendí que más que cantidad, lo importante es el contenido del pensamiento; pensar exige información objetiva, fiable, incluyendo enfoques contrapuestos, porque favorecen la reflexión, a su vez, indispensable para ponderar los argumentos y mejorar la capacidad de discriminar los parámetros más relevantes, cualquiera sea el objeto de análisis. La verdad es elusiva, aproximarse a ella demanda metodología, interés y disciplina.

En el contexto social es imprescindible debatir ideas, como construir consensos e igualmente el consentimiento, porque legitima las normas requeridas para mejorar la convivencia. Debatir, solo implica confrontar ideas, acto que, entre seres racionales, debiera ser la norma y no la excepción; de aquí que pedir apoyo para una iniciativa que impactaría a toda la sociedad, ocultando información y peor aún, sin debatir el tema, es un insulto explícito, desproporcionado e injustificable, a la ciudadanía, que se pretende representar.

Eliminar el término ‘paralela', es una jugarreta que en vez de engañar, los revela como mercaderes de baratijas. Democracia, en su acepción más simple, es el sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes.

Sin debate, la democracia es una farsa, un simulacro. Una pizca de decoro bastaría para que, de cara a la nación, en igualdad de condiciones y con libre acceso a todos los medios de comunicación, confronten sus ideas, con quienes las adversamos; para que la ciudadanía analice y evalúe los argumentos y reproduzca el ejercicio en el ámbito familiar, social, laboral, etc., lo cual propiciaría una decisión razonada, responsable; el proceso Constituyente no es un reinado de simpatías ni un espectáculo circense, sino el más alto compromiso que todo ciudadano debería asumir, porque de ello depende la configuración de los fundamentos estructurales que sirven de base al resto del ordenamiento jurídico del Estado, los cuales, por su naturaleza, no solo lo trascienden, sino que repercuten en su descendencia.

En el medioevo o época feudal, imperaba la voluntad del soberano, el vasallaje consistía en la obligatoriedad de los súbditos, de acatar lo dispuesto por el rey o en su defecto, asumir las consecuencias.

Coartar o condicionar la expresión del pensamiento, sirve para convertir en marionetas a los ciudadanos de un Estado. Es una gran inmoralidad de quienes, en el pasado convalidaron veintiún años de régimen cuartelario y le confeccionaron el ropaje ‘constitucional', aún vigente, afirmar ahora, que el proceso Constituyente es un golpe de Estado.

Es por demás absurdo e injustificable, el que los propulsores de la paralela, que NO es Constituyente, rehúsen el debate, porque el tema es eminentemente político. Tiempo atrás, un periodista le preguntó al Presidente de un partido pro-gobierno: ‘que opinan las bases de su partido, sobre su iniciativa?. Su respuesta: ‘las bases del partido las traigo aquí, en el bolsillo'. Igual hizo Juan March, banquero español, a quien le preguntaron, por qué no se dedicaba a la política y contestó: ‘para qué?, si ya mando en los políticos.

Los políticos no hacen más que lo que el dinero les deja hacer'. Si el patrón o sus secuaces les impiden hablar, identifiquen a la camarilla, quizás ansíen debatir y aclarar; además 50 millones es demasiado insulto frente a la piltrafa de 120 dólares, condicionados!.; eso podría animarlos a debatir ... ¿Aceptarán?.. Usted qué opina?.