Confirmación de la separación de Colombia

Panamá para finales de 1,903 vivía entre incertidumbres y temores. Y, cual rayo libertario en Colón se reafirma la separación de Colombia.
  • domingo 05 de noviembre de 2023 - 8:30 AM

Escenario el 3 de noviembre en Panamá

Los Generales colombianos Juan B. Tobar, Ramón Amaya y algunos colaboradores. Fueron apresados en La Plaza Chiriquí (hoy Bóvedas) por órdenes del General Esteban Huertas y la colaboración de miembros de la Junta Revolucionaria como parte de un ardid.

Igual, en horas de la tarde se declaraba la separación de Panamá de Colombia y el jubilo con reservas, no se hizo esperar.

¡No duden el tirar a matar!

Mientras todo lo anterior ocurría en la capital, el escenario en la ciudad de Colón era muy diferente. La población que era en ese entonces cerca de 7 mil personas no conocía de lo que había acontecido en la ciudad capital.

Sin embargo, antes de ser detenido el General Tobar, logró comunicarse con el encargado del Batallón Tiradores en Colón, coronel: Eliseo Torres y le dio órdenes expresas de tomarse la ciudad a las buenas o a las malas si él (Tobar y sus acompañantes) no regresaban a Colón.

A punto de darse un conflicto armado

Además de los integrantes de la Junta Revolucionaria. Los bandos armados en Colón eran: Los marines norteamericanos del buque de guerra Nashville, el Dixie y un pelotón de soldados acantonados en el edificio de la estación del ferrocarril.

Por otro lado, los soldados del Batallón Tiradores. Quienes se desesperaban al no llegar sus generales Tobar y Amaya, de Panamá, tal cual, se les había indicado.

La orden era clara, ya que contaban con las municiones para hacerlas efectivas y el estado anímico de los colombianos como las ordenes expresas eran reducir la ciudad como a sus habitantes, incluyendo a los extranjeros.

Ambos bandos empezaban a vigilarse, a tomar puntos clave para el enfrentamiento armado, gatillo contra gatillo igual de cañones…los dedos índices en los percusores.

Sólo bastaba un pequeño estornudo para que empezara el fuego a discreción.

Mientras tanto el pueblo, como los comerciantes y demás grupos se mantenían encerrados. Salvo muchas personas que buscaron refugio en los barcos anclados en puertos y de procedencia: estadounidense, ingleses, alemanes y austriacos.

El poder de las palabras, la presión y el dinero

Si bien era cuestión de quien se decidía a disparar de primero, le correspondió al revolucionario: Porfirio Meléndez y demás compañeros en asociación de algunos funcionarios de los EE.UU como de Francia. Tratar de negociar nuevamente con el coronel Eliseo Torres, a quien, finalmente convencieron de retirarse de Panamá sin el acompañamiento de los Generales Tobar y Amaya, ya que el tren que los traía de vuelta a Colón había sufrido un retraso.

Además, de lo anterior, también se les ofreció a los oficiales, mujeres y soldados pagarles el pasaje en el Vapor Orinoco de vuelta a Colombia y 8 mil dólares que se les entregaron al coronel Torres. Quien de inmediato recibió insultos de la tropa, señalándolo de traidor.

Las tropas decidieron volver a tierra, pero todo hace indicar que el General Pompilio Gutiérrez (había llegado a Panamá para ocupar la gobernación) fue el que logró que desistieran de esa acción y más si habían sido rodeados por los norteamericanos desde 3 frentes y en camino a Colón cerca de 1,200 soldados revolucionarios procedentes de Panamá. (esta versión de los 1,200 soldados revolucionarios no se ajusta a la verdad) pero engaño a los colombianos.

¡La separación está asegurada!

Destacamos que -según las fuentes- todo esto se dio bajo un fuerte aguacero, pero que finalmente siendo aproximadamente las 7:28 p.m Porfirio Meléndez, le da la orden a Juan Antonio Henríquez, para que confirme en Panamá vía telegrama, la retirada final de los soldados colombianos en Colón. Por lo que Henríquez de inmediato informa con el siguiente texto: ‘Junta de Gobierno de Panamá, sólo ahora 7:30 p.m. puede decirse que la separación está asegurada'.

¿Y, los generales Tobar y Amaya?

Ambos junto a sus ayudantes, llegaron finalmente a Colón, en donde se les mantuvo prisioneros por 15 días, antes de enviarlos a Colombia. Mientras tanto Porfirio Meléndez, ya había asumido los cargos de Gobernador civil y militar en la provincia de Colón. Uno de sus primeros actos, fue solicitarles a los funcionarios que permanecieran en sus puestos, siempre y cuando juraran lealtad a la nueva República. A 120 de la separación de Colombia…¡VIVA COLÓN, VIVA PANAMÁ!

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