El caso de los cimarrones en la dragontea de Lope de Vega

I parte
  • viernes 06 de septiembre de 2019 - 12:00 AM

Los países hispanoamericanos, incluyendo Panamá, se incorporan a la literatura española y, por ende, a la cultura occidental, en 1502 cuando Cristóbal Colón arriba al Nuevo Mundo y escribe sus impresiones sobre las tierras americanas y su gente. Luego Fernández de Oviedo y otros cronistas también se dedicarían a la prosa narrativa para describir la exuberancia de la naturaleza americana y las costumbres indígenas. De la misma forma, los soldados cultivarían los cantares y epigramas que constituirían en poemas barrocos. La aportación panameña como parte inspiradora de la literatura española e hispanoamericana, estaría presente en las obras de criollos y peninsulares como es el caso de Lope de Vega que, es precisamente, al que queremos hacer referencia a través de su obra La Dragontea, en este artículo, así como en Las antárticas de Juan de Miramontes y Zuázola.

La Dragontea es una épica culta de diez cantos, y narra los hechos acaecidos durante la última expedición del corsario Francis Drake a América. En ella Lope de Vega describe, con un tono nacionalista, un poema hagiográfico cuyo fin es exaltar el poderío militar y político de España, y el carácter religioso que impulsa a emprender la conquista. Pero aquí solo nos enfocaremos en la digresión que hay dentro de la obra y que hace referencia a los cimarrones panameños.

En La Dragontea los personajes constituyen. ‘Los negros' de Santiago del Príncipe llamados cimarrones, debido a que, huyendo de sus amos, se escondieron en el monte y se enfrentaron a sus agresores hasta que, luego de pactar paz, se poblaron en dos pueblos, el de Santiago del Príncipe y otro cerca de Panamá y quedaron libres.

En el siguiente fragmento se observa esta descripción:

Viendo los negros de las dos ciudades

—Nombre de Dios y Panamá— atrevidos, del monte a las confusas soledades huidos, rebelados, y escondidos, fiado en su ignorancia y libertades de esclavos, a sus dueños forajidos, llamados en las Indias ‘cimarrones', bárbaros en las obras y razones, osaste ver de Sardinilla el río.

Si leemos La Dragontea, en el contexto del siglo XVI, algunas comunidades de cimarrones ya habían tenido la oportunidad de formar las capitulaciones y acuerdos con la Audiencia de Panamá y eran independientes, aunque eran fieles a la Corona hispánica. Estos negros que habían quedados como policía vivían en dos pueblos, uno cerca a Panamá y al Mar del Sur u Océano Pacífico y el otro en Santiago del Príncipe, cerca a Nombre de Dios al Mar del Norte o Caribe.

Hay que destacar que el cimarronaje ayudó a los ingleses a combatir a los españoles. Los ingleses aprovecharon la rebelión de los cimarrones para asaltar las recuas que transportaban plata, lo que preocupó al Rey español. Sin embargo, en La Dragontea, Lope describe dos espacios distintos, pero que reflejan la realidad de los cimarrones panameños durante el asedio de los ingleses. El primero es la rebelión o el cimarronaje y el segundo, fieles a la corona, combaten contra los ingleses.

Precisamente lo que exalta Lope de Vega es la actitud guerrera de los cimarrones liderada por Pedro Yalonga, quienes combaten contra el corsario Drake, a quien le asestan un duro golpe. Y le mataron con más de treinta y siete de los suyos. De esta forma, Lope exalta cómo los horros y esclavos mantuvieron la lealtad a la corona hispánica. Aunque, en cierta forma, Lope ficcionaliza los hechos, si hay un trasfondo histórico que refleja la realidad de los negros de la época colonial panameña, ya que en nuestra región hubo mucha virulencia del cimarronaje entre 1549 y 1582, por lo que la obra de Lope es una simbiosis de poesía e historia que refleja la participación de los negros no solo por su libertad, sino contra los corsarios ingleses liderados por Drake. El tema del cimarronaje también se apreciará en Las antárticas que veremos en la segunda parte.

HISTORIADOR