Bocatoreños tienen un legado para sus hijos

Beneficio. Saturnina Gutiérrez, a sus 91 años, le sigue viendo el lado positivo a la vida. Su voz ya no es la de la mujer aventurera que llegó a Bocas del Toro proveniente de Chiriquí para hacer su vida. Ya es más pausada.

Recuerda que le tomó tres días llegar a Chiriquí Grande, donde formó una familia, por la trocha 3 de Noviembre. Tiene 8 hijos y 34 nietos, a quienes enseñó a trabajar la tierra, cultivarla y cuidarla como un tesoro. La razón es clara, después de 20 años de espera ahora tiene en sus manos su anhelado título de propiedad.

Gracias a que siempre fue luchadora, logró que la mayoría de sus hijos sembrara arroz, yuca, banano y frijoles, que le servían de sustento. No olvida como los orientaba para hacer queso y preparar el delicioso bienmesabe. Le alegra saber que transmitió su don y que además les heredará el documento legal que le da seguridad jurídica a su terreno.

Así como Saturnina tiene sus escrituras, otros 220 bocatoreños que esperaron por 30 años recibieron su título como parte del programa de titulación masiva que realiza la ANATI en el país.

El acto de entrega de títulos de propiedad se realizó en el Instituto Profesional y Técnico de Chiriquí Grande, y fue presidido por el Director Nacional de Adjudicación Masiva, Adolfo Noirán.