9 de enero de 1964: El patriotismo de los estudiantes del Instituto Nacional
- jueves 09 de enero de 2025 - 12:00 AM
El torbellino de acusaciones que envuelven las últimas declaraciones del presidente de Estados Unidos, destila una ardiente cólera contra la arteria vital de nuestra economía. El eco de sus gritos ha cobijado la consigna de algunos panameños de la entrega del Canal al coloso del norte. Regalar a Estados Unidos la dignidad, nacionalismo y soberanía para aplastar con ello el torrente sanguíneo de los Institutores de 1964. Sin olvidar, por cierto, nuestra historia de luchas.
Esta flojedad sin buscar una salida digna ante los sucesos que convirtieron a los panameños, desde la firma del Tratado del Canal del 18 de noviembre de 1903, en parias en nuestra propia tierra. No me parece la alternativa correcta. Considero que había que hacer una limpieza en casa, en definitiva a los que dirigen el Canal.
Es cierto que se percibe en estas alocuciones un sentido de frustración y alegato de que el pueblo no recibe los beneficios del Canal. La oligarquía panameña fue la que entregó el Canal a Estados Unidos, y luego, después de muchas luchas, me parece inconcebible regalárselo después de haberlo conquistado.
No existen verdades absolutas ni versiones puestas bajo la lupa de la verdad que exima a los rabiblancos que han hecho un reparto injusto de los bienes revertidos del Canal. Nuestros males políticos y sociales en expresión inusitada nos llevan a pedir cuentas. Pero, vuelvo al punto de la presencia de un nacionalismo nulo, es entregar un bien del pueblo a Estados Unidos. Con sinceridad, no creo que la aspiración de los mártires de 1925 asesinados con rifles y bayoneta calada en el parque de Santa Ana por tropas de Estados Unidos en la huelga inquilinaria pierda vigencia; una cosa es el olvido temporal y otra la amnesia histórica permanente.
Espero con toda la sinceridad que los que desean regalar el Canal no sean descendientes de los luchadores sociales de esas décadas pasadas. La historia de la Patria Boba sigue aún con vida. Repetir en todo momento que los detentadores del poder político y económico fueron buenos, no tiene el más simple sustento real. Es querer justificar que la muerte del estudiante José Manuel Araúz, del colegio Artes y Oficios, en 1958, no tiene valor, pérdida aupada y dirigida por la oligarquía de ese año.
En el sano juicio, cómo explicarles a mis estudiantes de historia del Instituto América que crean que Estados Unidos al devolvernos el Canal, recibiremos lo que en el pasado nos negaron. Tendría sentido decirles que Estados Unidos no robaron gran parte del territorio de México o como sea la extensa California.
Entonces tendría que mentir a mis estudiantes y, en vez de explicarles que Estados Unidos propició, armó y entrenó en la Escuela de las Américas, en la Zona del Canal, a todos los dictadores de Latinoamérica: Videla, Strossner, Somoza, etc., les diría entonces que era para contener a la plebe rebelde. Si esos pobres sumergidos en el infierno del hambre y la explotación de las transnacionales de Estados Unidos, que intentaron justificar salvarnos algunas veces por la Alianza para el Progreso.
Sería más sincero si repitiera lo que un gringo escribió: “Que se revuelquen... para que los militares intervengan y se apoderen del país”. (John Major. La Posesión Más Valiosa. Estados Unidos y el Canal de Panamá. 1903-1979- p. 209).
Entregarle el Canal a Estados Unidos sería despreciar el heroísmo de Ascanio Arosemena, el joven que creció en Renta 15 y estudiante de la Profesional. Ese 9 de enero de 1964, en calidad de miembro de la Cruz Roja, se dedicaba a recoger personas baleadas, y esta vez el francotirador puso el ojo en la mira y disparó y cayó abatido.
Según el informe forense del Hospital Santo Tomás, reproducimos parte de la autopsia de Ascanio Arosemena, y lo describe: “En el hemitórax derecho encontramos 3000 c.c. de material hemático. Pulmón derecho: presenta una amplia perforación por proyectil de arma de fuego en el lóbulo superior que lo atraviesa oblicuamente de arriba hacia debajo de derecha a izquierda. Aorta: La aorta fue atravesada por el mismo proyectil que atraviesa el pulmón encontrándose el proyectil en el ángulo costo-diafragmático izquierdo”.
OTROS: La articulación escápulo humeral derecha fue destruida por el mismo proyectil ya mencionado...” (Informe de los casos atendidos en los hospitales Santo Tomás, Seguro Social y Amador Guerrero. Con motivo de los sucesos del 9 al 12 de enero de 1964. p. 2).
Ahora, contra quién podemos interponer reclamo de este asesinato, este hecho que hiere el orgullo nacional. No me pidan que mienta a mis estudiantes del Instituto América, porque la historia continuará en los próximos escritos de este diario.