En diciembre se desnuda la cruda realidad de la informalidad

La informalidad está a flor de piel en el país, y su impacto es aún más visible en diciembre. Desde puestos que ofrecen forrar regalos a $25 centavos hasta ventas de frutas, son las actividades que abundan en esta temporada.

La informalidad ha aumentado del 47,4% al 49,3%, mientras que el desempleo se ha elevado al 9,5%, según el informe de Resultados Preliminares Básicos de la Encuesta de Mercado Laboral 2024, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Estos datos, según el consultor laboral René Quevedo, reflejan el nivel más alto en los últimos 20 años.

“Esto es preocupante”, reiteró el consultor al manifestar que el aumento de casi dos puntos en los niveles de informalidad laboral confirma una tendencia alcista, síntoma de la pérdida de confianza en el clima para la inversión privada y que hoy alcanza su punto máximo.

Dijo que este incremento se combina con la pérdida de 54,107 empleos formales no agrícolas, resultado del cierre de la mina y la pérdida del Grado de Inversión.

Quevedo hizo mención que tanto esta alza como la dramática reducción de empleo formal no agrícola representan un duro golpe para las finanzas de la Caja del Seguro Social (CSS), ya que, por un lado, solo 18% de los informales cotiza, y por el otro, la caída en el empleo formal representa menos cotizantes, columna vertebral de la sostenibilidad financiera de la Caja.

El economista Raúl Moreira destacó que diciembre pone de manifiesto la cruda realidad de las frías cifras de informalidad y desempleo publicadas por el INEC. “Las personas informales y desempleadas buscan alternativas para generar ingresos y satisfacer las necesidades familiares. Por eso, en este mes salen a relucir las caras de los ciudadanos detrás de estas estadísticas”, señaló.

Moreira destacó que preocupa que la tasa de la informalidad vaya en aumento, ya que unas de las causas del problema que enfrenta el programa de Riesgo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la CSS es el alto nivel de personas que por trabajar en una condición de informalidad no aportan a la seguridad social.

Áreas del país como La Central, La Plaza 5 de Mayo, Calidonia y San Miguelito se han convertido en verdaderos mercados a cielo abierto, donde se venden desde ropa y accesorios para celulares hasta comida.

Por su parte, René Bracho explicó que, después de la primera quincena de este mes, se observa un aumento estacional en las transacciones, y una parte de ese consumo es cubierto por los sectores informales, que representan la mitad de la población económicamente activa.

Bracho enfatizó la necesidad de apoyar la formalización de los negocios informales, reduciendo trámites y costos operativos para que estos puedan establecerse de manera legal y sostenible en el mercado.