Un irrespeto a la Universidad de Panamá y al país
- martes 29 de abril de 2025 - 8:48 AM
No es la primera vez, ni parece que será la última, que el gobierno de turno en Panamá demuestra una falta total de respeto hacia las instituciones que verdaderamente representan al pueblo.
Lo que vivimos esta semana, con las declaraciones desatinadas del presidente José Raúl Mulino en contra de la Universidad de Panamá, es sencillamente deplorable.Cuando un mandatario, en vez de tender puentes, se dedica a echar gasolina al fuego, estamos ante un liderazgo que no entiende ni respeta la democracia.
La Universidad de Panamá ha sido, por décadas, cuna de luchas soberanas, de pensamiento crítico y de formación de profesionales que sostienen este país. Tirar por el suelo esa trayectoria con palabras de menosprecio no solo es una falta de respeto a la institución, sino a todo un país que ha encontrado en la educación pública una oportunidad de dignidad.
Que no venga ahora el gobierno a pintarnos la historia al revés. Aquí el pueblo no es bruto ni se deja engañar. Sabemos que cuando critican a la universidad, lo que de verdad les molesta es que existan voces que piensen distinto, que protesten, que cuestionen los paquetazos y las injusticias que ellos mismos promueven. Les incomoda que haya juventud y docentes que no se callen ante los atropellos.¿Y todavía tienen la osadía de hablar de orden y paz?
El primer promotor del desorden ha sido este mismo gobierno, con su arrogancia y su desprecio hacia el diálogo. ¿Cómo se puede pedir respeto si desde el más alto cargo del país se lanzan ofensas contra los universitarios, los profesores y los administrativos que salen a protestar legítimamente?El vicerrector Ricardo Him fue claro al decir: la UP no avala la violencia ni los actos vandálicos, pero defiende y con toda razón el derecho constitucional a la protesta.
Eso es algo que en cualquier democracia decente se debería aplaudir, no atacar. Pero aquí, como siempre, es más fácil criminalizar la protesta que asumir la responsabilidad de gobernar de manera seria y justa.Hoy la Universidad de Panamá da un ejemplo de madurez y sensatez, manteniendo abiertas sus puertas al diálogo, mientras el gobierno se sigue hundiendo en su prepotencia. Y si creen que desprestigiando a la universidad van a frenar la protesta social, están bien equivocados: lo que hacen es encender aún más el descontento de un pueblo cansado de burlas y de gobiernos de espaldas al país.Señores del gobierno: menos insultos y más soluciones.
Ya es hora de que entiendan que Panamá no se gobierna a punta de amenazas ni de descalificaciones. Se gobierna con respeto, con trabajo serio y, sobre todo, con humildad.Porque si algo ha quedado claro estas últimas semanas es que el que de verdad está quedando mal aquí, no es la Universidad de Panamá.Es usted, señor presidente.
Periodista y profesor