- lunes 07 de abril de 2014 - 12:00 AM
Demencia. Por lo menos cien mil panameños perdieron la razón ayer con la entrada en funciones del Metro, y se montaron a los trenes con chiquillos recién nacidos y hasta con viejitos en andadera. ¡Eso parecía Disney!
Viveza. Mientras unos locos decían que no habían inaugurado el Metro en abril para hacer campaña, sino para la gente, otros del manicomio no perdieron el chance para decir que si eligen a la oposición y no al Gobierno, la obra se perderá.
Interruptus. Algunos usuarios se quejaron cuando a las cuatro de la tarde les dijeron que tenían que bajarse, porque el Metro solo trabajaría seis horas. Para hoy sí lo hará hasta las diez de la noche... ¡Esperemos!
Caravana. Mientras el tren iba y venía, los arnulferos montaron una caravana elefantiásica, que trancó media ciudad. Según los informes que enviaron, la fila de carros, motos y camiones alcanzó los 25 kilómetros en doble carril. ¡Jo, bellacos!
Santiago. Los perredosos no podían quedarse sin hacer su bulla, y se fueron a Santiago a cerrar campaña. Eso parecía un carnaval a todo meter, y no cabía un alfiler en la plaza.
Juegavivo. Durante aquel cierre de campaña, llamó la atención eso que dijo el candidato perredoso, de que se valía coger la plata y los regalos de los locos, y votar por mí, porque el billullo de todas formas es de los panameños. ¡No le hacen caso a la Iglesia, que llama a ser consecuentes!
Candela. Mientras se acerca el 4 de mayo, más se llenan las emisoras y las televisoras de cuñas insultantes y burlonas de unos contra otros. Dice el sapo que ha decidido leer y apagar todos los aparatos porque ya no aguanta una propaganda más.
Palabra. Ahora nadie en la locura sabe de dónde salió la cuña que el partido de los pollitos en fuga pautó contra Kid Filete. Hasta los vendedores del Mercado del Marisco que tienen varios lustros ahí, dicen que no conocen al que hace las veces de discapacitado ofendido. ¡Yo conozco esa firma!
Versión 2.0. Ya los pelaos de ‘Guerra Política’ actualizaron el juego y ahora viene con un diablo rojo incorporado, que el protagonista debe esquivar. ¡Juye!
Héroes. Me dice el sapo que ayer quienes se pararon bonito fueron los delegados electorales, tanto en la capital como en el interior. ¡Aplausos!