Zapatos

En pandemia muchos dejamos de usar los zapatos de salir y las mujeres guardamos los tacones; ahora 2 años después, al volver a usarlos muchos pasaron vergüenza cuando se despegaron las suelas, a mí no me pasó en público, tuve la suerte que mis zapatos me dejaron tirada en el estacionamiento de mi edificio así que no hubo testigos; me salvé esa vez pero cuando fui a hacer una caminata en la montaña mis zapatillas de trillo se abrieron y ahí si pasé mi pena la cual fue salvada por el guía que llevaba tape de ducto gracias al cual pude terminar mi recorrido en medio de la selva.

Decidí revisar mi closet, la mayoría de mis zapatos ya estaban despegándose o simplemente no me daban confianza. Llevé unos a pegar, pero ese remedio no duró o no me dieron confianza para arriesgarme. Entonces debí tomar una dura decisión económica: deshacerme de mis zapatos y comprar nuevos.

He ido comprando algunos poco a poco, he descubierto lugares y marcas de excelente calidad a super bajos precios lo cual ha ayudado mucho. En Panamá el que no viste bien es porque no quiere y en zapatos es igual. Ya no es necesario gastar mucho para tener un confortable y duradero par de zapatos, solo hay que buscar un poquito más.

Lo mismo les pasó a muchas damas con las carteras; en mi caso aún no estoy preparada para dejar ir algunas que se pusieron feas o se descascarillaron, debo ser más práctica.

¡No todo lo barato sale malo!

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