- jueves 24 de agosto de 2023 - 12:00 AM
Violencia en Panamá
Violencia: moneda de varias caras. Vivimos en una sociedad violenta. Luchar contra ella es responsabilidad ciudadana, de autoridades y medios de comunicación.
La agresión física es el primer tipo de violencia registrado, pero también la delincuencia, la apropiación indebida de algo, peor aun si de recursos del Estado se trata, porque truncan sueños, esperanzas y hasta la vida.
Las promesas incumplidas de políticos y gobernantes es un tipo de violencia poco considerada como tal. Igual la trasmisión de telenovelas y programas violentos durante el día o tempranas horas de la noche, incentivo para ese tipo de desenfreno, irresponsabilidad y violencia.
Programas televisivos, sin mayor contenido educativo, por el contrario continúan presentando novelas o películas violentas y programas sin contenido educativo; otras formas de violencia.
Sorprende la cantidad de suicidios, en su gran mayoría de jóvenes en busca de empleos o decepciones amorosas.
Violencia entre padres e hijos, estudiantes y educadores, relación de parejas, acoso en los puestos de trabajo o en la simple conducción de vehículos.
Violencia: palabra determinante en la degeneración social que día a día absorbe las calles, iniciándose muchas veces en los hogares, por falta de comunicación asertiva.
Los medios de comunicación juegan un papel importantísimo en lo que a orientación cultural, económica y social se refiere, sin embargo pierden espacios en chismorreos o información sin contenido ilustrativo, incluso noticas de otros países, que provocan violencia en la psiquis.
Imposible pasar por alto el enriquecimiento ilícito de funcionarios "seudo dirigentes" provenientes de espacios políticos, de campañas proselitistas. La corrupción patrocinada, algunas veces, por quienes administran justicia, bajo la concepción de ilegalidad bien llevada desde inicios de investigaciones.
La amenaza constante de quitar el dichoso subsidio a la gasolina o el bono solidario, es violencia. Igual el tratar de imponer un contrato minero contra la voluntad popular, máxime cuando los perjuicios son mayores que los beneficios, eso, ese contrato también es violencia y debe ser producto de un plebiscito nacional. Dios te salve, Panamá.
Ciudadano humanista y patriota