• domingo 14 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

Urgencia en repensar la política

En los diálogos recientes con el politólogo Guillermo Ríos Valdés, surgió una reflexión que hoy resulta indispensable: ¿por qué el análisis político es tan urgente para Panamá al cierre de 2025?

La recomendación de revisar el artículo Luces sobre el análisis político, de Borjas García y Pastor Pérez, ayudó a iluminar esta respuesta. Y es que, en tiempos marcados por incertidumbre, polarización social y una crisis profunda de confianza institucional, analizar la política no es un ejercicio académico aislado; es una necesidad pública y ciudadana.

Durante décadas, la ciencia política ha privilegiado los métodos estadísticos como si fueran los únicos caminos válidos para crear conocimiento. Esa visión reducida ha dejado en segundo plano el análisis político, herramienta esencial para comprender el comportamiento real de los actores, los intereses que se mueven en torno al poder y las tensiones que definen el rumbo del país. Esta desconexión entre la ciencia y la realidad ha permitido que la sociedad quede expuesta al ruido, la desinformación y la manipulación.

Panamá vive hoy presiones profundas, demandas sociales crecientes, desigualdades, crisis de representación, desconfianza ciudadana y una economía golpeada. En contextos como este, el análisis político permite ordenar la información dispersa, comprender las causas estructurales detrás de cada conflicto y distinguir entre síntomas y problemas de fondo. Sin este ejercicio, gobernantes, partidos e instituciones toman decisiones desde la intuición o el impulso, agravando las crisis en lugar de resolverlas.

Una democracia sólida requiere instituciones capaces de leer el entorno y líderes que entiendan las dinámicas del poder. También necesita ciudadanía informada que no caiga en narrativas falsas ni en discursos manipuladores. El análisis político cumple esa función: explica fenómenos complejos con rigor, identifica déficits de gobernabilidad y anticipa tensiones antes de que escalen.

Soler Torrijos recuerda que comprender los procesos políticos exige una lectura sistemática y contextual; Sartori advierte que, sin análisis riguroso, la política se reduce a opiniones y pasiones.

El análisis político es una brújula, para orientar a una sociedad que busca certezas, soluciones y un camino democrático estable.Debemos repensar la política con: profundidad, sensibilidad y valentía; solo así, podremos reconstruir la confianza y abrir camino a un Panamá con esperanza y futuro.

En los diálogos recientes con el politólogo Guillermo Ríos Valdés, surgió una reflexión que hoy resulta indispensable: ¿por qué el análisis político es tan urgente para Panamá al cierre de 2025?

La recomendación de revisar el artículo Luces sobre el análisis político, de Borjas García y Pastor Pérez, ayudó a iluminar esta respuesta. Y es que, en tiempos marcados por incertidumbre, polarización social y una crisis profunda de confianza institucional, analizar la política no es un ejercicio académico aislado; es una necesidad pública y ciudadana.

Durante décadas, la ciencia política ha privilegiado los métodos estadísticos como si fueran los únicos caminos válidos para crear conocimiento. Esa visión reducida ha dejado en segundo plano el análisis político, herramienta esencial para comprender el comportamiento real de los actores, los intereses que se mueven en torno al poder y las tensiones que definen el rumbo del país. Esta desconexión entre la ciencia y la realidad ha permitido que la sociedad quede expuesta al ruido, la desinformación y la manipulación.

Panamá vive hoy presiones profundas, demandas sociales crecientes, desigualdades, crisis de representación, desconfianza ciudadana y una economía golpeada. En contextos como este, el análisis político permite ordenar la información dispersa, comprender las causas estructurales detrás de cada conflicto y distinguir entre síntomas y problemas de fondo. Sin este ejercicio, gobernantes, partidos e instituciones toman decisiones desde la intuición o el impulso, agravando las crisis en lugar de resolverlas.

Una democracia sólida requiere instituciones capaces de leer el entorno y líderes que entiendan las dinámicas del poder. También necesita ciudadanía informada que no caiga en narrativas falsas ni en discursos manipuladores. El análisis político cumple esa función: explica fenómenos complejos con rigor, identifica déficits de gobernabilidad y anticipa tensiones antes de que escalen.

Soler Torrijos recuerda que comprender los procesos políticos exige una lectura sistemática y contextual; Sartori advierte que, sin análisis riguroso, la política se reduce a opiniones y pasiones.

El análisis político es una brújula, para orientar a una sociedad que busca certezas, soluciones y un camino democrático estable.Debemos repensar la política con: profundidad, sensibilidad y valentía; solo así, podremos reconstruir la confianza y abrir camino a un Panamá con esperanza y futuro.

Ex candidadata presidencial