- viernes 05 de agosto de 2016 - 12:00 AM
En el último momento
Has escuchado que muchas competencias deportivas se ganan en el último minuto, en la agonía del encuentro cuando ya no hay esperanzas e inclusive cuando los aficionados dejan de creer en el equipo y empiezan a abandonar el estadio.
De pronto, una sorpresiva jugada cambia el panorama, y el equipo perdedor pasa al otro extremo y se convierte en un sorpresivo ganador. El estado de ánimo en la tribuna cambia repentinamente y los que lloraban de tristeza, empiezan a llorar, pero ahora de alegría y felicidad.
Sientes que has perdido la fe y todos parecen abandonarte. Inclusive, piensas que el silencio de Dios es un castigo a tu forma de vida. No te rindas, Dios está de tu lado.
Espera en Dios, él quiere ayudarte a ganar el partido de tu vida, en el último minuto.
Dios tiene el control de los tiempos y los ritmos. El planeó en su tiempo un desenlace feliz para ti, él determinó para este día una victoria sorpresiva y maravillosa.
Espera en Dios y no te afanes, aunque todo parezca ir de mal en peor. El Dios Todopoderoso que da vista a los ciegos, que sana a los enfermos y a los paralíticos los hace andar, nunca llegar tarde. él lo hace todo más hermoso en su tiempo, si esperas en El.
Aprovecha el último minuto, se trata del partido de tu vida. Ora con sinceridad y humildad, que Dios no se resiste a la plegaria de un corazón humillado.
Aunque estés en desventaja en el último minuto del partido, no te preocupes, Dios es fiel. Confía en Dios y descansa, disfruta de la paz que sobrepasa todo entendimiento, la victoria es tuya.
‘Venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados y yo los haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas', (Mateo 11:28,29)
Ora en el último minuto del partido y olvida tus errores y fracasos. Una persona que confía en Dios y en el poder de la oración puede mover el mundo a pesar de sus imperfecciones.
En medio de pruebas y tribulación mantén tu fe y confianza en Dios, él nunca deja de amarte.
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En el último minuto del partido y en medio de las pruebas y tribulaciones mantén tu fe y confianza en Dios.