El transporte de pasajeros es un problema que se agrava.
El incremento desmesurado de la población urbana sin un plan de ordenamiento territorial y ambiental tiene ya sus graves consecuencias visibles, sin que los gobiernos municipales se hayan ocupado de resolverlas.
Un cálculo aproximado revela que en el centro, desde el parque Libertador hasta el Feuillet, unas 15 a 20 “piqueras” estacionan sus buses y “chivas” día y noche, congestionando seriamente la movilidad de conductores y peatones.
En el parque Tomás Martin Feuillet, destinado al esparcimiento comunitario, operan dos “piqueras” con aprobación de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre, y detrás del Supermercado Rey levantaron un techo y ocupan la acera que hace de terminal de los buses piratas.
Señores del gobierno, si el negocio del transporte público es una actividad de lucro privada, ¿por qué tiene el estado que subsidiarla otorgándole el espacio público que es de todos?
Señor alcalde, señores del Consejo Municipal, no se conviertan en cómplices de la corrupción, el trafico de influencias y la politiquería que han carcomido hasta los tuétanos a un distrito que en estos días celebró más de siglo y medio de fundación.