La semana pasada, mientras conducía por el “corredor de los pobres’’, en dirección a Las Cumbres, fui testigo de una realidad muy triste. En el camino presencie animales muertos en la vía. Tres perros y un gato; por el estado de sus cadáveres se entiende que fueron víctimas de atropello. Esta experiencia me conmovió y me hizo reflexionar sobre la frecuencia con la que ocurren estas tragedias en las calles.
Cada día podemos llegar a ver el atropello de animales. Estos inocentes compañeros se convierten en víctimas de, muchas veces, la irresponsabilidad de los conductores al volante. Ya va siendo momento de reconocer esta problemática y tomar medidas.
Cabe recalcar que en otras ocasiones estos accidentes suceden por la falta de responsabilidad de los dueños. Hay perros con hogar que deambulan libremente y quedan expuestos. Es fundamental que los dueños cumplan con su parte y mantengan a sus mascotas con correa y mucho más en lugares abiertos.
Asimismo, no podemos olvidar que hay conductores que circulan a alta velocidad y al hacerlo tienen menos tiempo de reaccionar si se les aparece un animal en la vía, lo que provoca el aumento de cifras por muertes de animales por atropellos.
Es fundamental educar a la población sobre la importancia de respetar a los animales y sobre las medidas de seguridad vial.