Al trabajo sin más dilación

Héroes. Eso y más son los bomberos para grandes y chicos. Ante una llamada de emergencia acuden sin más dilación. Son seres es peciales, mujeres y hombres, que arriesgan sus vidas, sacrifican familia y tienen pasión por lo que hacen. La caída de estos ángeles guardianes en la tierra representa la pausa obligada para hacer cierta la palabra que identifica a la entidad que les acoge: Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá. La partida de Manuel Antonio Naar, quién perdió la vida en servicio bomberil y honrando su uniforme, reivindica el hecho que benemérito significa ‘merece premio, agradecimiento o estimación por sus servicios'.

Las motivaciones por las que entran a la entidad son múltiples. Mas sus razones para permanecer son aún más importantes. Los deseos de convertir el sueño de infancia de ser bombero en una realidad les impulsa mas la necesidad por contribuir al bienestar ciudadano es innato y lo extienden a su círculo familiar y de amistades, que siente orgullo por la heroicidad; temor por lo desconocido al enfrentar labores de búsqueda y rescate; mantener ‘el alma en vilo' por cada maniobra peligrosa y el rosario en la boca para que regresen con bien. Cada beso, abrazo y ¡hasta luego! se convierte en despedida.

La familia bomberil es una. En cada tropiezo, revés, lesiones, afectaciones y partida física, por doloroso que sea, prima la unidad. En este sentido, despedimos al bombero Naar mas aplaudimos su vida y el renacer del héroe con disciplina, honor y abnegación, reflejo de entrega y desprendimiento en lo profesional y en lo personal.

Que su sacrificio no sea en vano. A pocos días de iniciar Octubre: Mes de la prevención contra incendios debemos procurar como ciudadanos asimilar la orientación necesaria para salvaguardar nuestra integridad y saber que detrás de tres dígitos (103) hay hombres y mujeres dispuestos a extenderle una mano sin preguntar quién es usted. Así son los ‘camisas rojas', héroes de hoy y de siempre. Dios les BENDIGA!!!.