• viernes 08 de noviembre de 2013 - 12:00 AM

Un tiro al aire

No cabe duda de que el oficialismo sabe lo que hace. El constante rejuego frente a la opinión pública mantiene en ascuas a una población...

No cabe duda de que el oficialismo sabe lo que hace. El constante rejuego frente a la opinión pública mantiene en ascuas a una población ingenua y fácil de envolver. A medida que se acerca el proceso electoral se encienden las alertas sobre eventos interesantes que se insertan de forma inconsciente en el pensamiento y la opinión de los panameños. El semblante, la mirada, la soberbia, la arrogancia y la prepotencia de algunos políticos de gobierno frente a la población termina confrontado emociones. Los de oposición tampoco se quedan atrás. En el medio está el panameño de a pie, quien aún no decide por quién votará, pero que ya, probablemente, sabe por quién no lo hará.

La alarma provocada por la intromisión del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alejandro Moncada, en las decisiones del Tribunal Electoral, no son más que punzadas medidas a discreción, con el fin de calcular el efecto de posibles acciones que a futuro se pretendan realizar sobre la materia. El rechazo rotundo por parte de la población sobre este tema laceró, aún más, la maltrecha imagen de Moncada, rozando de refilón al presidente Ricardo Martinelli. Hábil jugada, si la idea pretendía medir a escala el efecto de una causa mayor.

La última encuesta de IPSOS vino a reafirmar lo que parece una tendencia que estableció Dichter & Neira semanas atrás, acerca del crecimiento del candidato del Partido Panameñista, Juan Carlos Varela; así como de la caída del perredista Juan Carlos Navarro. Lo que sigue inconsistente es el porcentaje de ambas casas encuestadoras a la hora de medir al candidato oficialista José Domingo Arias, y aunque todas lo ponen de primero, existe entre una y otra firma hasta el 10% de diferencia a la hora de medir la intención de voto de cara a la elección del 2014. Lo cierto es que el equilibrio que mantienen las tres principales fuerzas políticas es lo que impide la polarización, el único escenario donde Cambio Democrático pierde completamente sus opciones.

La experiencia política del PRD, conjugada con la sagacidad mostrada por Varela en los últimos años, hace prever un entorno adecuado para futuras alianzas. Por un momento, la coyuntura desespera a Navarro y hace inflexible a los panameñistas, sin embargo, la inestabilidad de la candidatura de Arias contrasta con la firmeza y seguridad que proyecta Martinelli en todas sus acciones. Las cartas están en la mesa y pronto se sabrá cuánto cobre brilla en los dientes de la clase política nacional. Por el momento, todo indica que una alianza opositora gira en torno a la posible reelección de Martinelli y no de lo que marque Arias en las encuestas.

* PERIODISTA

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