Tesoro de nuestras vidas

Aún no saben caminar y ya quieren correr. Así son nuestros niños y niñas, que hoy festejan por Ley, su día, antes inserto en el calendario novembrino, propio de las fiestas patrias y ahora gozan de todo un mes para ellos. ¡Que dicha! Ese es el escenario perfecto para quienes representan el tesoro de nuestras vidas.

Sin embargo, la realidad se distorsiona con escándalos de abusos, de desnutrición, de enfermedades raras, de falta de oportunidades para ellos y para quienes les cuidan. Es por eso que, en las agendas actuales y futuras, debe primar un enfoque prioritario a este grupo de la población que representa el futuro de la Nación. Suena político mas no lo es pues son personas que merecen entornos, infraestructuras y condiciones óptimas para su desarrollo.

No piden venir al mundo y mucho menos considerarse ‘cargas'. Son BENDICIONES EN MAYÙSCULA y debemos velar por su atención integral en salud, educación, seguridad, ambiente, innovación; y por supuesto que justicia, alto sentido de espiritualidad y forjar en ellos, los valores necesarios, que les permitan ser felices porque al fin y al cabo son el Tesoro de nuestras vidas.

PERIODISTA