- jueves 23 de octubre de 2025 - 12:00 AM
Sin perder en nuestra peor versión
Los cuatro partidos de la Selección de Fútbol de Panamá en la eliminatoria rumbo a la Copa del Mundo 2026 han sido intensos, incluso aparatosos. El marcador lo dice con claridad: falta lo más importante, el gol.
Sin embargo, y este es mi punto de partida, ni en nuestra peor versión de los últimos cuatro años nuestros rivales han podido vencernos. Esa es una señal alentadora. Solo necesitamos ajustar ciertos detalles y el Mundial será una posibilidad real (sin menospreciar a Guatemala ni a El Salvador).
Hemos tenido más posesión, más remates al arco y, paradójicamente, más fallos frente al marco, pero aun así no hemos perdido.
A quienes ya se bajaron del avión deseándole todo lo malo al onceno nacional, conviene recordarles algo: antes, empatar con México o ganarle a Estados Unidos o Costa Rica era casi una odisea. La estrategia era simple: replegarse, rezar por un error rival y esperar una noche inspirada de Jaime Penedo. Hoy, el panorama es distinto.
Aunque Guatemala llega con opciones, su técnico Luis Fernando Tena sabe que salir a atacar a Panamá desde el primer minuto sería un suicidio. Si lo hace, dejará espacios, precisamente lo que más hemos echado en falta en estos cuatro encuentros.
Guatemala hará su partido, y eso no es criticable. Se replegarán, esperarán el contragolpe y buscarán hacernos daño.
Nuestra ventaja es evidente: el empate no les sirve. Por eso, a mi juicio, Thomas Christiansen debería considerar los siguientes ajustes:1. Modificar el once titular con al menos cuatro cambios, reforzando la contención y cerrando los espacios al contragolpe sin renunciar al ataque (recibir un gol sería fatal).2. Anotar primero: un gol temprano aumentaría la confianza y abriría el camino para ampliar la ventaja.3. Si el partido se mantiene empate hasta el minuto 65, el equipo debe tener una estrategia clara para cuando Guatemala adelante líneas. En ese escenario, los espacios aparecerán y habrá que aprovecharlos.4. Mantener la calma: si el marcador sigue igualado hacia el minuto 70, las posibilidades de victoria no disminuyen, al contrario, aumentan con el desgaste del rival.
El mayor temor de la afición y la prensa panameña no es el adversario, sino cómo manejará Christiansen el partido y la actitud de los jugadores. Insistir en lo mismo sería regalarle el pase directo —o al repechaje— a los chapines.
Mi once ideal sería: Orlando Mosquera; línea de tres con Andrés Andrade, Fidel Escobar y Amir Murillo; César Blackman por derecha, Erick Davis por izquierda; Carlos Harvey y Coco Carrasquilla en la contención; adelante, Ismael Díaz, Alberto Quintero y Tomás Rodríguez.
¿Por qué? Porque Murillo puede sumarse al ataque y retroceder rápido, permitiendo que Blackman suba con libertad (una especie de línea de tres falsa). Los jugadores deben encarar y romper líneas; quien no lo haga, debería salir al inicio del segundo tiempo, además el disparo de media distancia. La dupla Ismael–Tomás funcionó bien en la Copa Oro y favorece el juego a ras de suelo, evitando los centros improvisados.
Si el partido se complica y seguimos empatados, propondría sacar a Blackman e ingresar un delantero como Waterman o Londoño, además de reemplazar a Quintero por Fulo Martínez. En los últimos minutos, Abdiel Ayarza puede entrar a presionar y evitar que Guatemala tome la iniciativa.
El objetivo está claro: ganar en el Estadio Manuel Felipe Carrera y llegar al duelo contra El Salvador dependiendo únicamente de nosotros.
Guatemala hará su juego —y no hay reproche en ello—, pero Tena apostará a la cautela y a que su portero Nicholas Hagen tenga una noche inspirada.
Cierro con la convicción del título: si no nos han podido ganar en nuestra peor versión, basta con ajustar detalles para lograr el triunfo en Guatemala.
Dependemos de nosotros. Fe, que vamos para la Copa del Mundo.