• domingo 06 de octubre de 2013 - 12:00 AM

¡Señora juez, soy inocente!

Parte I. Soy inocente, señora juez, y deseo hacer uso de la palabra:

Parte I

Soy inocente, señora juez, y deseo hacer uso de la palabra:

Mi nombre es BALBINA DEL CARMEN HERRERA ARAÚZ, hija de Diamantina Araúz y Francisco Herrera, tengo cinco hermanos, madre de tres hijos, tengo siete nietos. Soy jefa de familia como el 40% de la población femenina, dirigente política y social, he sido alcaldesa por San Miguelito, tres veces diputada en la Asamblea Nacional, donde fui la primera mujer presidenta de ese Órgano del Estado, candidata presidencial que enfrentó a Ricardo Martinelli Berrocal en el 2009, pero, sobre todo, soy mujer y panameña.

Señora Juez, señores presentes, este juicio está realizándose en condiciones humillantes, tanto para los que administran justicia, así como para los acusados; como si se tratara de ocultar una verdad que más temprano que tarde saldrá a la luz pública. La posible vinculación de funcionarios panameños en uno de los actos de corrupción internacional más grandes que se está llevando a cabo en los tribunales italianos.

En junio de 2010, el primer ministro Berlusconi y el presidente Martinelli firmaron un convenio en materia de seguridad. El presidente Martinelli le impuso la Orden Vasco Núñez de Balboa y lo consideró ‘gran amigo de Panamá, empresario exitoso y dirigente político’. Este convenio constituía en principio: 19 radares, 6 helicópteros, cartografía y cárceles modulares. Luego se convirtieron en ‘contratos directos con la Nación’ por más de 333 millones para adquirir todos estos equipos a través del Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Obras Públicas con Finmeccanica, empresa mixta que representa 30% al sector privado y 70% al gobierno italiano.

Los medios de comunicación panameños recogieron noticias de tribunales italianos que investigaban al entonces primer ministro Berlusconi, hoy destituido y condenado en Italia y al señor Valter Lavítola, exasesor de Finmeccanica, hoy detenido en Italia y al cual se le sigue un proceso de corrupción internacional. En Panamá se le conocía como la contraparte del gobierno italiano, lo cual le permitía pasearse por palacio, ser protegido por el SPI, entrar a reuniones en ministerios relacionadas a Tratado de Doble Tributación de Panamá y Francia, y, por supuesto, sobre Finmeccanica, además de que exigía ser cónsul honorario de Panamá en Italia.

Para entonces, ya en nuestro país se exigía la transparencia e información de dichos contratos y hacíamos denuncias sobre posibles sobrecostos, comisiones del 10% por actuar de intermediarios en la sociedad Agafia Corporation, como si de contratos privados se tratara, sociedad presidida por KAREN DE GRACIA, madre de un menor, hijo de Valter Lavítola y que para ese momento estaba prófugo de la justicia italiana.

Entre el 2011 y el 2013 en Italia se destituyeron, renunciaron y ordenaron la detención a la más alta jerarquía de Finmeccanica…

Continuará.

*INGENIERA AGRÓNOMA

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