Semillero de lectores

Hoy día, librerías como El hombre de la mancha, Gran Morrison y El lector se han convertido en refugios para quienes disfrutan perderse entre páginas. Allí coinciden adultos apasionados por Borges, García Márquez o los clásicos como Don Quijote y La Divina Comedia. Pero lo que más me sorprende es ver cómo los más jóvenes —incluso los niños— se acercan con genuino entusiasmo a la lectura.

No es raro encontrar que entre los títulos más solicitados figuren Harry Potter o Juego de Tronos, sagas que el cine y la televisión llevaron a la fama mundial. Lo que antes parecía un sueño —que la juventud se acercara por voluntad propia a los libros— hoy es un hecho palpable. Basta asomarse a los conversatorios en la Biblioteca Ernesto J. Castillero: jóvenes llenos de preguntas, de curiosidad y de pasión, convertidos en protagonistas de un movimiento que los perfila como los lectores del mañana.

La Feria del Libro de Panamá es otro ejemplo. La visita de autores nacionales e internacionales despierta emoción y orgullo en quienes se animan a asistir. Comprar un boleto para escuchar a un escritor, pedirle un autógrafo o tomarse una foto con él es, en sí mismo, un gesto que habla de una nueva generación que valora la palabra escrita. Además, estos espacios ofrecen un respiro, una desconexión de la ansiedad diaria que tanto afecta a los jóvenes.

No tengo cifras oficiales que respalden lo que veo, pero estoy convencido de que, si se realizara un estudio serio, el resultado confirmaría mi impresión: el porcentaje de lectores jóvenes en Panamá es alto y va en aumento. Me gusta pensar que nuestro país, con todo y sus dificultades, está germinando algo valioso: un auténtico semillero de lectores.

Estudiante en UP