• jueves 02 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Reflexiones: el cambio y los valores éticos

El espejo es testigo de la desfachatez de muchos

Escudriñando entre recuerdos -mis escritos de antaño- viene como anillo al dedo el título del artículo publicado el 9/09/1999, en otro diario. Afinando el pensamiento solitario pero extravagante, salta cabizbajo producto del tratar de alzar la conciencia cívica ciudadana del panameño, para evitar verle sometido al yugo corrupto de políticos endiosados, empoderados de diferentes curules, cargos tanto de elección popular como asignados en ministerios, instituciones o dependencias, incluyendo administradores, sin moral ni capacidad para ello.

El maestro Diógenes de Sinope, propulsor de la honradez y la moral, por lo cual solía salir durante el día, con una lámpara, a observar el rostro de las personas procurando encontrar el ser humano honrado.

El espejo es testigo de la desfachatez de muchos, pero mudo espectador que infructuoso intenta entrar a la conciencia de quien le mira, pero siempre pierde, al instante.

Nuestra sociedad -expresaba- está compuesta por hombres y mujeres de diferentes estratos y clases sociales -nacionales y extranjeros-, personas honradas, poco honradas y muchas veces nada honradas.

Nada dice la vestimenta, el nivel académico, trabajo, posición ocupada -política o económica- tampoco el cargo ostentado en una organización (cívica, cultural, política, gubernamental o culto religioso).

Pareciera fácil reconocer una persona honorable (seria, honrada, honesta, sincera, decente, responsable); pero resulta casi imposible, a primera vista, encontrarle y determinar esta realidad. Debemos partir del principio de buena fe y guiarnos por los instintos, la impresión. Situación de la cual se aprovechan los buitres contemporáneos, los políticos corruptos.

La honradez no depende de la clase social, rango político, militar o religioso, sexo ni edad. La honradez al igual que el humanismo, pudiera observarse por la cantidad y calidad de cosas buenas efectivamente realizadas, sin el interés de ser reconocidos por ello, ni en busca de beneficios.

La doble moral con la que actúan, generalmente los políticos, debe ser un tema de análisis serio, antes y durante el momento del voto. El mendrugo que te dan no debe cegar tu conciencia. Dios te salve, Panamá.

CIUDADANO HUMANISTA.

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