- viernes 09 de septiembre de 2016 - 12:00 AM
En redes políticas
El arte de gobernar solo puede ser afinado por los que gobiernan, el resto solo puede opinar, y en el peor de los casos criticar. La asunción al poder por la vía del voto popular no es un asunto sencillo que nace de algún escritorio.
Los grupos de la sociedad civil y los demás elementos abstraídos de la vida político-partidista, muchas veces alcanzan alguna cuota de poder, a través de la crítica obsesiva, en favor o en contra de un gobierno de turno, por lo cual reciben uno que otro caramelo para endulzar la boca.
Formar parte de un proceso político en busca directa del electorado, no es algo que se pueda hacer desde la comodidad del hogar o de una oficina refrigerada. El gobierno es 100% político.
Todos los esfuerzos por mover los conceptos que intervienen en la forma de pensar y la conducta de los ciudadanos requieren de una labor política y del engaño sutil, herramientas que solo se pueden perfeccionar mediante el roce diario con la gente de a pie.
La geografía completa, ya sea de un país grande o pequeño, requiere de niveles complejos de estructuras, tanto humanas como tecnológicas, para poder rodar un mensaje o idea. Resulta simpático observar como algunos personajes están realmente convencidos que con grupos de chat y redes sociales están trasformando la conciencia social y política del país.
Nadie duda el poder de las redes sociales, de hecho son excelentes plataforma de comunicación, no obstante, la personalidad de los criterios expuestos en las mismas, son las principales barreras que diluyen el mensaje, más aun, cuando desde la génesis de su diseño se etiqueta la convicción personal de cada individuo o grupo afín.
La malicia de los pueblos se construye en base al engaño de los políticos, y entre cada elección aprenden más. El arte del engaño parte por lo novedoso, sin embargo, para la estructuración de una mentira en masa, se necesita mucho más que un mensaje de texto.
Periodista
==========
La malicia de los pueblos se construye en base al engaño de los políticos, y entre cada elección aprenden más.