¡El rasero debe ser la credibilidad!

¿Alguien recuerda haber escuchado a un aspirante a gobernar que se haya confesado incapaz, o limitado, para resolver las demandas populares o los ‘grandes problemas nacionales' pendientes?

Sin excepciones, les sobran las ‘recetas y las fórmulas milagrosas' que, con los efectos de mágicos conjuros, nos transportarán bajo su guía ‘al país de las maravillas', en el que la bonanza nos ahogará de dichas y felicidades eternas.

Como está próximo a culminar el período de selección de los candidatos o candidatas presidenciales, muy pronto conoceremos entre cuales deberemos escoger el 5 de mayo de 2024.

Por ahora y según apuntan los amagos iniciales, habrá 6 candidatos, de los partidos RM, PRD, CD, Popular, Panameñista y MOCA y 3 de postulación libre. De los 3 partidos restantes, Molirena, Alianza y País, solo cabe esperar que anuncien a quien se arrimarán. En suma, podríamos tener 9 candidaturas presidenciales, cada una disputándole a las otras el primer lugar por las cantidades de las promesas que harán.

Como prometer es diferente a poder cumplir, cuando se nos venga encima esa avalancha de propuestas para crear en Panamá el próximo paraíso terrenal, los electores debemos basarnos en algún parámetro para escoger, por lo menos, la que ofrezca las mejores garantías de no defraudarnos.

En otras palabras, cuál será el rasero que utilizaremos para separar la demagogia de la sustancia. Y este debe ser ‘la credibilidad', basada en dos parámetros concretos: 1) Qué prometen y cómo y cuándo, con cronogramas específicos, cumplirán esas promesas y 2) Quienes conformarán los equipos de gobierno en los que se apoyarán, como instrumentales, para cumplir sus promesas electorales.

Para nada es necesario que anticipadamente anuncien los nombres de los 100 o más altos cargos pueden decidir directamente los presidentes; pero sí será fundamental que desvelen, y cuanto antes mejor, a quienes, de llegar a la presidencia, pondrán al frente de las posiciones claves. De la credibilidad que tengan estos, así deben entenderlo, dependerá la de quien los escogería; pues, como dice un viejo refrán: ‘Dime con quien andas y te diré quién eres.'

ABOGADO