- sábado 25 de enero de 2025 - 9:00 AM
¿Quiénes han ofrendado la vida por su Patria?
Mientras más lejos estén los gringos del Canal, más segura será la vía que une a los océanos. Después de mis escritos sobre los falsos nacionalismos he recibido comentarios de varios seguidores. Cuando nos encontrábamos en la recta final de los tratados Torrijos-Carter se comentó mucho sobre la capacidad de los panameños para manejar el Canal.
Algunos dijeron que la nación iba a caer en un despeñadero con la partida de los gringos. No sé si eran auténticas preocupaciones o fueron palabras que los intereses económicos ponían en boca de sus borregos para crear ese desaliento.
Los negocios con los gringos canaleros dejaban grandes dividendos a la clase empresarial dominante. ¿Qué les pasaría a las grandes corporaciones que suplían las necesidades de los zoneítas? En los tiempos de los militares hubo grandes concentraciones y marchas en contra del gobierno. Al principio eran movimientos que solo se daban de lunes a viernes y los fines de semana, quienes tenían el poder económico, se mudaban para sus casas de campo y playa. Esto cambió a partir del 9 de junio de 1987, cuando nació la Cruzada Civilista Nacional, luego de las declaraciones del coronel Roberto Díaz Herrera. Desde ese momento las protestas no pararon hasta aquel fatídico episodio de la invasión.
El doctor Francisco Sánchez Cárdenas cuenta con mi aprecio y reconocimiento por su valía. Lo vine a tratar más cuando la empresa familiar Inversiones Hernández le vendía al Estado materiales de construcción. Él era, en ese momento, ministro de Vivienda en el gobierno de Ernesto Pérez Balladares. Pronto hablaré sobre el programa habitacional conocido como PARVIS. Para Sánchez Cárdenas pareciera que existen diferentes grados de nacionalismo. Según sus apreciaciones son los ciudadanos del pueblo genuino los que han derramado la sangre en las luchas revolucionarias. Y dice Sánchez Cárdenas: “Creo que debemos diferenciar entre los diferentes nacionalismos que pueden existir en una sociedad y de los cuales el peor es el de una gran proporción de los políticos, empresarios y grupos económicamente fuertes.
Fíjate que no generalizo, pero hay un nacionalismo que es genuino... que es el de las clases populares y de los profesionales y clase media. En estos grupos, ¡aquí sí!, la gran mayoría se despoja de intereses personales y piensa en eso que se llama amor a la patria. Por eso los muertos y la sangre en esa lucha, a lo largo de la historia y en todo el mundo, los ponen esos grupos. Cuando se llega a ofrendar la vida y la sangre no podemos hablar de falso nacionalismo. Nuestra historia está muy ligada al desarrollo de los Estados Unidos como nación poderosa, militar y económicamente y eso ha creado una cultura de admiración, dependencia y temor en nuestro país.
Pero cuando fracasó la constitución del Centro Multilateral Antidrogas en 1997, por la tozudez de los norteamericanos de establecer nuevamente las bases militares en Panamá, me tocó, junto con Jorge E. Ritter, Adolfo Ahumada y Ricardo Alberto Arias, ir al departamento de Estado a explicar por qué no podíamos aceptar esa propuesta y recuerdo que les dije: “yo no los entiendo a ustedes... quieren volver a revivir los casi 100 años de violencia, lucha, sangre y muerte con un país que es aliado y amigo y que nunca será, por historia y convicción, un país comunista?
Expresa Sánchez Cárdenas a manera de pregunta. ¿Creen que el 63% que desea la vuelta de las bases americanas, saldrá a la calle a decir: vivan las bases americanas? ¡No! Pero el 37% que se opone ¡sí saldrá a protestar y alterar el desarrollo de nuestras relaciones y del país! Y no esperarán los políticos, los empresarios y grupos para enarbolar el, ahora ¡sí!, falso nacionalismo y a dividir la sociedad.” Hasta aquí la opinión de uno de los mejores neurocirujanos que tiene la región. Me decían en nuestros tiempos de juventud que no se vive ni se come de nacionalismo y soberanía. Hoy digo con orgullo que gracias a esas luchas y a esos patrullajes nacionales e internacionales el canal le calma la sed y el hambre a cientos de miles de panameños con los casi dos mil 500 millones de dólares que le aporta al presupuesto nacional. Feliz sábado y que Dios nos bendiga. Abrazos.