Hace algunos años con el nombre ¿qué nos pasa? Se inmortalizó una serie de televisión mexicana que tuvo un alto impacto de aceptación en los países de habla hispana, por la forma jocosa y satírica en que presentaba los hechos cotidianos de nuestra sociedad.
Este programa que fue dirigido y producido por Héctor Suárez en los años 1986 y 1987.
Evocar la remembranza de un programa de hace 38 años, y tomar una fotografía actual del avance de nuestra sociedad y colocarnos exactamente en el mismo lugar que hace tres décadas, salvo con otros protagonistas nos preocupa, porque la generación que viene detrás de nosotros observa con normalidad lo que nosotros vemos con ansiedad.
Hace 30 años no existían las redes sociales, pero hoy día sí convirtiendo el sitio en un lugar donde salvo muy pocas excepciones han visto en la comunidad virtud la forma de presentar temas que alimentan el intelecto.
Usualmente las redes sociales, se han convertido en un escenario de ataque sin respeto, mesura, y sin ningún tipo de coherencia. Llevando prácticamente a los usuarios a una arena de insultos sin motivos.
A modo de ejemplo, es que hay ciertos servicios públicos que han sido privatizados pero la calidad del servicio luego de la intervención del sector privado no ha sido el esperado.
Generando una exorbitante alza en los costos, sin que mediera una mejor calidad al servicio que brindaba el Estado cuando administraba dichos rubros.
La mejor prueba de ello fue una comunicación que hizo pública el jefe de gobierno entrante José Raúl Mulino que en su cuenta expreso el malestar que vive diariamente por un servicio imperfecto que recibe en electricidad y coincide con el malestar de la población que residen en Panamá.
Lo que nos obliga a considerar caminos a seguir no solamente con la luz sino con otros servicios, el primera poner un freno total a las empresas para evitar el alza desmedida en el costo del servicio y a mejorarlo, mientras que el otro sería volver a nacionalizarlos.
Los comentarios a estas propuestas fueron absurdos viniendo de personas inteligentes, expresando que el Estado es mal Administrador. Señores no hay mal Administradores hay personas incapaces que no administran los bienes públicos como si fueran propios, ese es el problema real.
El mejor ejemplo de que podemos es el Canal de Panamá, que es manejado por manos 100% panameñas, y esos criterios de que somos incapaces fueron los argumentos que en muchas ocasiones se emplearon para extender el periodo de traspaso a manos panameñas.
El ciudadano merece un servicio de calidad, donde la responsabilidad por la mala prestación tenga consecuencia que eviten a futuro repeticiones de ese tipo.