Psicología del miedo

El miedo es una emoción natural que se caracteriza por experimentar una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario. En política se usa muchas veces para vender una propuesta. Ante la falta de cualidades para ofertar, el miedo también persuade.

Contextualizar algo resulta efectivo, pero no es la única herramienta para la creación de empatía. Mucha gente piensa, por ejemplo, que la inteligencia es un atributo insoslayable para el éxito político, sin embargo, algunas veces este axioma resulta perturbador.

En Panamá, un conjunto de intereses se conjuga para conformar un mar de incertidumbres en las vísperas del año electoral. Las formas y el fondo del cómo, son parte del enigma creado en función a una narrativa construida sobre la base del peligro que enfrenta la nación, basada en la premisa de situaciones abstractas que no son parte de la comprensión colectiva.

Qué busca el elector y qué necesita. Dos preguntas que a menudo se testean en los estudios de opinión pública, pero que no intentan ahondar sobre lo que siente la población ni sobre sus expectativas. Enunciar los problemas de seguridad, acceso a servicios públicos, salud y economía, resultan relativos a la hora de interpretar las sensaciones humanas.

¿Pero qué pasa cuando diferentes grupos de interés económico se unen en función a un peligro supremo que pone en riesgo el statu quo?

La primera respuesta natural es agruparse para enfrentar el peligro, luego viene la negociación de espacios de poder a través de alianzas; por último, se abordan las coincidencias y los puntos de convergencia para establecer los acuerdos visibles que servirán como mampara para invisibilizar el trasfondo.

Encontrar puntos de coincidencias que sean de interés general resulta más productivo que tratar de imponer al electorado una visión de país, estructurada en función a la cosmovisión del riesgo circundante, sin tratar de explorar concepciones más amplias que fomenten las expectativas colectivas, en lugar de vender pesadillas personales.

PERIODISTA