- sábado 29 de agosto de 2015 - 12:00 AM
Prostitución y robo estatal
En nuestro país muchas mujeres se dedican a la vida alegre y se prostituyen porque procuran llevar el pan a sus mesas.
Son mujeres pobres, sin recursos económicos para hacer frente a sus necesidades; viven rodeadas de miseria humana, escasez y hambre.
Por eso deciden salir a la calle y ganarse unos cuantos dólares para seguir viviendo, a cambio ofrecen sus caricias y cuerpos al mejor postor, se esfuman en los callejones de las almas perdidas donde impera la corrupción y los vicios.
Es un drama terrible porque estas mujeres han hecho del comercio de la carne su manera de vivir.
Las dificultades las empujan a una vida peligrosa y vergonzosa que las destruye dejándolas sin moral y en la ruina espiritual.
Pero también hay hombres que teniendo poder económico se prostituyeron, entregándose a la corrupción, avaricia y robo; el país estuvo en manos de hombres corruptos, incapaces y locos que en cinco años no tuvieron ley, menos moral, solo prevaleció la concupiscencia por el dinero y el desenfreno de la corrupción.
Estos prostitutos robaron millones al pueblo y son corruptos. Ellos y sus abogados tratan de justificar sus riquezas y afilan su lengua como la serpiente peligrosa para burlar la justicia.
A estos pandilleros de saco y corbata el pueblo no les cree ni media palabra por el veneno de víbora que hay en sus labios.
Se les sigue la pista a estos ladrones y sus fechorías no deben ser arropadas porque sería el triunfo de estos haraganes que nada hicieron por el pueblo, menos por las mujeres prostitutas.
Los gobiernos no han tenido políticas sociales y humanas para rescatarlas e incorporarlas a la sociedad.
Ellas se entregan por necesidad y estos prostitutos deben devolver los millones robados para ayudar al pobre y a las prostitutas.
* Docente universitaria
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Las dificultades las empujan a una vida peligrosa y vergonzosa que las destruye dejándolas sin moral y en la ruina espiritual