Las prioridades en la vida

Para muchos, que caiga Odebrecht y le quiten los contratos, sería la solución perfecta para todos los problemas, otros se conforman con una multa millonaria y que revelen algunos nombres, mientras que a otros puede importarles tres pepinos toda esta maraña que involucra a más de una administración y que trasciende las fronteras públicas y privadas del país.

La marcha organizada por grupos ciudadanos civiles que tienen como propósito el adecentamiento del país, terminó en un completo fracaso, si se mide desde la perspectiva de la convocatoria. Temas de género y de salud reproductiva, han generado más presencia humana en las protestas. Como intención y marcaje de terreno, fue un buen inicio.

La fuerza no se consigue de buenas a primera y la voluntad inquebrantable resulta esencial para emprender una cruzada. No obstante, el cuidado de las cosas, la planificación y la organización no se pueden tomar a la liguera.

El Movimiento Independiente es un grupo de presión social de clase media alta, que pretende tomar beligerancia en la vida nacional; para ello, tiene que ampliar su espectro de influencia y aglutinar otras formas de pensamientos afines, dentro del contexto de las necesidades colectivas.

Ninguna agrupación con 175 personas puede influir en el pensamiento y conducta social de un país, ni siquiera con las redes sociales. Al mínimo intento de medición, pasa lo que ocurrió en la marcha. Por muy bien intencionados que estén, mientras crean que la sociedad civil de un país, se pueda concentrar desde un salón reservado o un lobby, carecerán de sentido de representatividad y su convocatoria será débil.

Un grupo pequeño puede pensar muy parecido, pero a medida que crece, las necesidades particulares generan otras verdades. Por ejemplo, Odebrecht es uno de los empleadores directos e indirectos más grandes del país, no se puede pretender atacar la fuente de empleos de miles de panameños, desde una dimensión tan pequeña y abstracta.

Periodista