- martes 03 de marzo de 2020 - 12:00 AM
La prevención como complemento de la política criminal
Una sociedad no se califica como democrática sólo por realizar procesos electorales transparentes, o por asegurarte condiciones para que expreses libremente tus opiniones. En la lucha contra la violencia, también se hace sentir el influjo de los valores democráticos, al instalar un sistema (acusatorio) que hace de la protección y tutelaje de las garantías fundamentales y lo derechos humanos, su principal referente ideológico, contrario a los valores propios del pasado autoritario, que al privilegiar la defensa de la seguridad nacional, inspiraron el caduco sistema de persecución penal (inquisitivo).
Sin embargo ese sistema penal democrático, aunque predica la humanización del proceso penal, sigue considerando a la pena como la respuesta adecuada, solo que ahora como tarea relevante, incorpora la prevención.
Son muchas las personas desconocedoras de la ley, que al presumirse conocida por todos, su desconocimiento no le sustrae de las consecuencias legales. No es coincidencia que en las comunidades carentes de atención estatal, las infracciones a la ley se presenten con más frecuencia. Mientras tanto, los individuos no se sientan a esperar la respuesta estatal, pues desarrollan sus relaciones interpersonales, solo que en el marco de otros esquemas y valores, al filo del orden establecido.
Ha quedado demostrado, que para quien vive atrapado entre la miseria y el hambre, la amenaza de perder la libertad por delinquir, no es eficaz disuasivo. Nos debe preocupar las cifras de los niños o jóvenes que viven en carencias materiales, porque están a un paso de adoptar formas de conducta, que tienen a la violencia y al crimen como principios valederos.
La prevención no es una invitación a ‘portarse bien'. Es una tarea formativa que pretende enseñar a niños a jóvenes, la conveniencia de llevar una existencia digna si se comportan apegados a la ley y las buenas conductas.
Para ganar su confianza, y se convenzan de la conveniencia de alejarse de la violencia, también hay que llevarles salud y educación. Solo así lograremos que en lugar de recurrir a la protección que les promete el ‘capo del barrio' por su complicidad, los niños y jóvenes comprendan que del lado de la ley, se vive en paz y armonía social.
ABOGADO