Presión económica

Las buenas noticias sobre la economía panameña no dejan de aparecer. Son muchas las publicaciones internacionales que destacan el desempeño financiero del país, no obstante, para la gente que vive aquí, las cosas no parecen describir lo que se pinta desde el extranjero.

Cualquier viajero puede interpretar verazmente lo que dicen los reportes económicos, los cuales destacan que la economía panameña es estable y pujante.

Lo cierto, es que, si se compara a Panamá con la realidad económica internacional, sería innegable que estamos mejor en cuanto a las cifras, sin embargo, se tiene que considerar aspectos relacionados con el desequilibrio financiero de los últimos años, donde se redujo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de dos dígitos a cifras cercanas al 4%.

Aunque en números Panamá esté mejor posicionada con respecto a la escena económica mundial, una desaceleración que ha absorbido casi un 7% del PIB en los últimos 7 años, ha traído como consecuencia estragos significativos en la capacidad adquisitiva del panameño, así como en sus posibilidades de movilidad social.

Lo que en frío podría definirse como percepción, en la realidad de cada panameño representa un grave problema, sobre todo, si se toma en cuenta que por más de una década el país mantuvo un crecimiento impresionante que le permitió un nivel de vida superior, que también vino acompañado de un aumento del costo de vida, que actualmente no se reajusta a la par del decrecimiento económico.

La presión para el panameño es tal, que ha traído cambios en su comportamiento. Ningún banco estaría dispuesto a ajustar las condiciones de crédito que fueron adquiridas en medio de una realidad económica distinta a la que se tiene hoy día, por lo que la gente tiene que hacer frente a sus compromisos, en función a otro entorno, a pesar de que la economía nacional ha decrecido en un 70%, con relación al crecimiento que tenía el país en el año 2012.

PERIODISTA