Para los jóvenes resulta un reto tragarse todos los sapos que implica afilarse a un partido político tradicional, y no es para menos. Resulta que con la retahíla que arrastran los colectivos de siempre, queda una carga social pesada para una juventud moderna y dotada con acceso a la tecnología y a las redes sociales.
El bombardeo de historias insólitas e inconcebibles a la que se expone esta nueva generación hace que el cinismo político se vea arrinconado frente a la opinión pública y tenga que adecuar su conducta frente al constante escrutinio social.
La ideología política pierde terreno en el campo de la convicción, sin importar en lo que se cree y se piensa. Pocos son los valientes que están dispuestos a contradecir las nuevas formas de valoración social que impone la presión digital y los contenidos que generan controversia en la opinión.
La discusión pública se desarrolla en base a trivialidades que despierta el interés de quienes están enganchados y ávidos de las redes sociales como pasatiempo. La improductividad que esto produce en el individuo que absorbe estos contenidos, contrasta con la monetización que genera a sus productores, haciendo que la masa termine aislada en la tribu digital en la que navega de forma voluntaria o como una necesidad para combatir la ansiedad, producto del estrés de la presión social.
El entretenimiento que antes era obtenido a través de la música, la cultura, el deporte, el cine, las novelas, el show y el espectáculo, hoy se mide en un duelo para captar la atención del público, a los que muchas veces les resulta más cómodo, económico y accesible encriptarse en un dispositivo para conseguir entretenimiento, sin medir lo improductivo que puede tornarse su vida, al encerrarse en un universo tan amplio; y a la vez tan restrictivo.
En medio de este universo digital, la clase política compite por captar la atención de la masa, antes de que su labor resulte homologada por la inteligencia artificial.
Pocos son los valientes que están dispuestos a contradecir las nuevas formas de valoración social que impone la presión digital ...
