- sábado 23 de abril de 2022 - 12:00 AM
Pésimos administradores
Uno, dos, tres y hasta cinco occisos conté tendidos en la carrera esta mañana mientras manejaba para ir a mi trabajo. Los restos yacían muertos a la orilla de la vía, otros no tuvieron tanta suerte, permanecen tirados en el pavimento aplastados día tras día por los automóviles.
Las víctimas: Osos perezosos, ñeques, monitos, aves, perros y gatos. Creo que lo que más me asusta de todo este hecho es la indiferencia de los conductores, algunos de los cuales han manifestado abiertamente que prefieren impactar al animal antes de accidentarse y otros desalmados hasta sienten alegría al dañarlos.
Este desinterés no solo lo vemos al momento de los atropellos (intencional o involuntario), sino al momento de maltratar a una mascota o abandonarlo a su suerte en la vía.
La contaminación de nuestros ríos y playas a causa de la gran cantidad de basura, la caza de animales silvestre para venderlos o la tala indiscriminada de árboles, son otros de los actos desalmados cometidos contra el planeta.
Una vez escuche que Dios nos legó el planeta para ser buenos administradores, tal como lo es él en el cielo. Si esto es así, me avergüenza decir que somos pésimos gestores de este hermoso mundo.
Y es que el respeto por la vida de las especies se ha perdido en algunas personas. Muy poco se enseña sobre el amor por la biodiversidad y la fauna.
Cifras del Ministerio de Ambiente detallan que en Panamá, se han identificado 220 especies de peces de agua dulce y 1,157 especies de peces marinos. Somos la casa del 3,4% de las especies de anfibios del mundo. Panamá cuenta con importantes especies en peligro de extinción como jaguar, águila harpía, tapir, Gambute, tortuga carey entre otros.
Se estima que la cobertura forestal de Panamá abarca el 57% de la superficie terrestre del país, con un estimado de 2.500 especies de árboles. El istmo es un corredor natural que conecta el norte y sur del continente americano.
Debemos entender que no estamos solos en este planeta, debemos compartir el espacio con otros seres que también merecen respeto. Enseñemos a nuestros hijos a amar la creación. No podemos decir que somos buenas personas si nos vale poco la vida animal y forestal.
Los gobiernos más allá de crear políticas públicas que salvaguarden las especies, deben hacer inversiones sustanciales para prevenir la caza, tala y atropellos en la vía. Por ejemplo, para reducir los arrollamientos de animales se podría instalar vallas o barreras en los márgenes de las rutas y la construcción de pasajes subterráneos y aéreos que sirvan como puentes, tal cual como ocurre en otros países, esto si queremos seguir llamándonos Panama; “abundancia de peces y mariposas”.
Periodista