- lunes 13 de noviembre de 2023 - 8:09 AM
Periodismo sin acoso ni amenazas salvajes
Cuando reviso las crisis que ha vivido el país, desde mis salones de estudio en el Primer Ciclo Panamá, pasando por el Instituto José Dolores Moscote y terminando en la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá, no encuentro paralelo con lo que desde el 20 de octubre está viviendo mi país , con relación al acoso, amenazas y actos de intimidación contra los periodistas y los medios de comunicación. Me resulta altamente decepcionante que dirigentes de gremios enfilen los cañones en contra de periodistas, acompañado de amenazas y acorralamientos intimidatorios callejeros, para impedir su labor.
Es un error, tanto de la derecha extrema como de la extrema Izquierda, atacar a los medios y sus periodistas dentro de un escenario de confrontación social. Quienes actúan así, no han aprendido nada de la doctrina ni de la historia de la lucha de los movimientos sociales en Latinoamérica. Ellos, son los grandes ignorantes históricos que al parecer leyeron a Lenin, Marx, o, a Norberto Bobbio, pero no se les quedó absolutamente nada y por el otro lado, los que leyeron a Friedrich Nietzsche, a Martin Heidegger y Carl Schmitt, lo hicieron como hobby, pero no como inquietud intelectual teórica para poder entender en qué esquina estaban.
A lo largo de las luchas sociales en América Latina, los movimientos de izquierda, e incluso la extrema izquierda, siempre buscó y tuvo de aliado a los medios de comunicación y a los periodistas, para el empoderamiento de la lucha y sus posiciones en la población.
O es que se olvidaron de la Revolución nicaragüense, la salvadoreña, la de Guatemala, y la de Venezuela en los inicios de la revuelta de Hugo Chávez desde los cuarteles, que al final lo llevó al Palacio de Miraflores. Es un pecado intelectual olvidar la historia. Los dirigentes actuales de la Izquierda panameña, se olvidaron dentro de este contexto, de que fue un periodista, del New York Times, que el 17 de febrero de 1957, subió a la Sierra Maestra para entrevistar a Fidel Castro, para dar una prueba de vida, así como hacer público los postulados de la generación del Centenario y de la guerrilla. No olviden a Herbert L. Matthews.
En Panamá, el enemigo no es Álvaro Alvarado, Hugo Famanías, Atenógenes Rodríguez, Flor Mizrachy, Edwin Cabrera, Castalia Pascual, Guadalupe Casillero, El Siglo, Medcom, TVN, La Prensa, etc. Ellos, les abrieron las puertas a todos los dirigentes de gremios agrupados en la Alianza por la Vida, incluyendo al Suntracs, a Saúl, a Genaro, en su momento, a Diógenes el que va para el Parlacen, y gran parte de su fuerza, fue producto de la divulgación de estos medios y periodistas, de los postulados de sus luchas. Pagarles con amenazas, acosos, acorralamientos callejeros, casi llegando al límite del linchamiento, es absurdo y un desajuste histórico ideológico. ¡Salud en su día, amigos periodistas!