- martes 17 de octubre de 2017 - 12:00 AM
Pensemos en la nación que nos cobija
Es obligante que la sociedad exija a los gobiernos que tengan en cuenta nuestra historia para no equivocarse, buscando el progreso y bienestar nacional. Si la liberación de un hombre depende de su cultura, es obligación de los gobierno s fomentar una educación estatal de calidad para obtener ‘hombres cultos, valientes y desapasionados para el engrandecimiento nacional', palabras del exministro de Educación, Eusebio A. Morales, en el Aula Máxima del Instituto Nacional en su inauguración. La historia le dio la razón. La sociedad, con ello, evitará hombres mediocres, indiferentes a los problemas nacionales.
El desarrollo de las Naciones comenzó con la agricultura e industria. Ese desarrollo nos da de comer y exportar si nos proponemos para ello. En los 70 y 80 exportábamos productos agrícolas por valor de B/. 200 mil. Hoy importamos por B/.300 mil. Eso indica que nos estamos empobreciendo por 500 mil. Esto lo previó Laurentino Cortizo, ex ministro de Agricultura, que se opuso al TLC con Estados Unidos y como le obligaron a aceptarlo con su firma, renunció porque previó las consecuencias que hoy tenemos con los agricultores empobrecidos y sin producción.
Inglaterra se opuso, en su desarrollo agricola a la importación de productos del Continente. Cuando aumentó su infraestructura, abrió la importación. Es una enseñanza que que debiéramos practicar.
En la época de las privatizaciones del IRHE y el INTEL existía una corriente para privatizar el IDAAN. La expresidenta Mireya Moscoso, se opuso, en la calle, con la ciudadanía apoyándola, a su privatización. Esa acción debe aplaudirse porque la solución a las necesidades de agua potable, de riego e hidroelectricas debe ser del Estado y no de la empresa privada.
Si pensáramos en la Nación y no en intereses personales, como vivimos en el accionar de Iturralde, con la expresión ‘yo no vendo mi Patria' o el accionar del expresidente Roberto F. Chiari, exigiendo el Nuevo Tratado sobre el Canal y si Endara, Arias y Ford hubiesen tenido la misma visión, posiblemente nos hubiésemos evitado la invasión y con ella los problemas que hoy tenemos con las Leyes de Clinton que nos están afectando con El Siglo y La Estrella, piezas históricas que debiéramos impedir se eliminen.