• domingo 04 de enero de 2015 - 12:00 AM

Pendientes del Estado panameño en el 2015

Datos indican que en Panamá hay 300 mil personas que viven con un dólar diario; la pobreza es evidente en medio de tanta opulencia

A 51 años de la Gesta del 9 de Enero del 64, a 100 años de la inaguración del Canal de Panamá, y 15 años de estar bajo administración panameña, es necesario una revisión de las tareas pendientes como Estado.

En los últimos diez años, hemos tenido un crecimiento económico del 8.5 por ciento, y al finalizar un año fiscal e iniciar el otro, sentimos orgullo y alegría al decir que Panamá presenta uno de los más altos crecimientos económicos en la región latinoamericana.

Para los visitantes, nuestro país es del primer mundo; sin embargo, para muchos nacionales, la pobreza y la inequidad social son cada vez más preocupantes en su diario vivir. Hay pocos con mucho y muchos sin casi nada y resulta contradictorio que ostentamos como Nación, un PIB de más de 13 mil dólares per cápita, por un lado, y, por el otro, tenemos un 12 por ciento de pobreza urbana; donde las mujeres, niños y jóvenes son los más afectados.

Datos de Naciones Unidas indican que en Panamá hay 300 mil personas que viven con un dólar diario; la pobreza es evidente en medio de tanta opulencia.

Educación, salud, mortalidad maternoinfantil y dotación de agua potable, son necesidades permanentes. La Ministra de Educación declaró las cifras de deserción escolar; no son nada alentadoras, en comparación con el año anterior. Más de 27 mi estudiantes en el 2014 abandonaron las aulas, lo que es alarmante, considerando que nuestra población no llega a los 4 millones de habitantes, según el censo de 2010.

Hay 961 mil personas sin recursos para pagar los servicios básicos; el 25 por ciento no tiene servicios sanitarios, la desnutrición es de un 19%, especialmente en las áreas indígenas, donde la pobreza extrema alcanza el 60% de sus habitantes.

Con este panorama, es evidente que no hemos hecho lo suficiente, en cuanto a políticas públicas y sociales concierne. Llegó la hora de actuar, teniendo como principio el bienestar colectivo sobre los intereses particulares. Esto será el inicio del camino para romper el ciclo destructivo de la pobreza.

Como Estado y Gobierno, hay que revisar seriamente la situación actual y buscar alternativas viables, acompañadas de rendición de cuen ta y transparencia, que fortalezcan la institucionalidad.

Una prioridad de Estado es la educación, garantizando que sea gratuita y obligatoria, porque es una oportunidad para romper el círculo de la pobreza.

Está comprobado: los países que invierten en educación han logrado un desarrollo humano sostenido y han alcanzado mejores niveles de equidad social.

* Excandidata Presidencial por el PRD

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