• jueves 11 de enero de 2024 - 12:00 AM

¿Con pasitas o sin pasitas?

Las primeras evidencias arqueológicas del tamal de maíz se encuentran en México, en el sitio arqueológico de Guilá Naquitz

Hay un platillo de la gastronomía latinoamericana que se ha ganado su espacio en el menú, especialmente para fin de año. Hablamos del tamal, un alimento de origen prehispánico, que se remonta a la época de las culturas mesoamericanas.

Las primeras evidencias arqueológicas del tamal de maíz se encuentran en México, en el sitio arqueológico de Guilá Naquitz, en Oaxaca y datan de hace aproximadamente 5000 años. Desde entonces, el tradicional platillo envuelto en hojas de maíz, plátano, maguey o bijao; sigue preparándose para ocasiones especiales como fiestas religiosas o celebraciones.

En Panamá, los tamales se preparan con la tradicional masa de maíz rellena con carne de cerdo o pollo, previamente condimentada con especias y vegetales que luego se cocina al vapor o en agua hirviendo. Pero hay un ingrediente adicional que se ha convertido en el dilema de los paladares más exigentes de este platillo, las pasas.

Todo un debate se genera en torno a si el tamal debe o no llevar pasitas. Hay quienes creen que las pasas le dan un sabor dulce, equilibrado y agradable al tamal; mientras que otros las consideran un elemento innecesario que arruina el sabor del plato.

Ahora bien, al final, la decisión de usar o no pasas en los tamales es una cuestión de gusto personal. No hay una respuesta definitiva, correcta o incorrecta; lo importante es que el tamal esté delicioso para quien lo coma.

Abogado y periodista

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