A los panameños que ciframos menos de 80 años nos ha tocado vivir los gobiernos todos, que de una u otro forma, han sido Empresa Criminal Conjunta desde que los milicos, en 1968 asaltan el poder público porque Arnulfo Arias, en sus primeros días de gobierno, los fue sacando de sus espacios de poder. Pasaron 21 años de dictadura y 25 de un cuento de democracia civil.
Mucha agua ha pasado bajo el puente. La dictadura fue un ejercicio para producir la mal llamada descolonización de Panamá, moda política que inició en los años 60, sobre todo en África.
Los milicos tuvieron la misión de lavarle la cara a los Estados Unidos (EU) con su enclave colonial canalero. Todo fue un dar sin dar, porque hemos tenido 8 gobiernos abyectos a los EU que se deshacen por complacerlos. Recordar que seguimos “bajo el paraguas del Pentágono” y con “permanente intervención”. Solo recordemos que el presidente Mulino dice que la frontera sur de EU empieza en Darién.
Entre problemas del Seguro Social, Minera, desaceleración de la economía, corrupción rampante, nos llega un aventurero político que nos mueve el piso, anunciando que los chinos controlan el Canal a través de Panamá Ports (PPC) y que EU lo recobrará.
Ya el gobierno adelantaba acciones para complacer a Trump, sacando a los chinos, haciéndole auditoría a Panamá Ports para ver si cumplían el contrato de concesión. Además el Procurador opinó sobre la demanda de inconstitucionalidad presentada por abogados independientes contra el contrato renovado en 2023. Estas dos vías podrían a Panama Ports (PPC) fuera del juego.
En silencio, PPC (chinos) negoció pasar la concesión a Black Rock (gringos), lo que le agrada a Trump. Este traspaso en ciernes, enreda más la salida de PPC, porque siguen sin resolver inconstitucionalidad y auditoría.
El presidente Mulino, evitando hacer un papelón en su conferencia de prensa semanal, la cancela y para evitar revolver más el cotarro que el obsesivo Trump no deja de agitar.
Seguro Social, economía a la baja, Minera y Trump le auguran a Panamá un laberinto indescifrable.
Solo la unidad de la nación, lograda con credibilidad del gobierno, ayudaría a sortear el laberinto pero el gobierno no tiene credibilidad.
