- sábado 20 de febrero de 2021 - 12:00 AM
Panamá, un grito de justicia
El escandalo de la violación física y psicológica de niños, niñas y adolescentes en diversos albergues del país, es una de los actos criminales e inhumano de más bajos instintos que una sociedad no debe permitir por ninguna razón. Son sucesos que marcan la reputación de un país a nivel nacional e internacional.
Panamá, históricamente, ha sido golpeada por la corrupción y un sistema de impunidad que protege las injusticias contra los más desposeídos. Las violaciones que fueron objeto niños, niñas y adolescentes causando un dolor en el alma de un país al ver el futuro de nuestra patria, siendo mancillada por una especie de mafia de violadores que condenan y silencian la sonrisa de nuestra niñez.
No hay una justificación para que un país guarde silencio, ante esta aberración temeraria, rompiendo todos los parámetros de los valores y normas sociales que una sociedad requiere para tener una sana convivencia. Los autores y cómplices directos e indirectos deben ser llevados ante los tribunales de justicia, para que sean expuestos y reciban todo el peso de la ley, pero para ello, es muy importante que la justicia se eleve a la altura que la patria reclama y no quedarse inmersa en el silencio de la complicidad.
Es un deber ciudadano alzar nuestras voces exigiendo justicia y rendición de cuenta a cada una de las autoridades encargadas de velar por el fiel cumplimiento de las normas que debieron proteger a estos inocentes, que han sido objetos de estos monstruos que se alimentan de la inocencia de nuestros niños.
El país esta de luto, ante el dolor y la tristeza, en estos momentos por las víctimas de las violaciones en los albergues, y que hoy mas que nunca merecen nuestra atención y protección.
Es un momento de unidad nacional, cuyo único objetivo debe ser enarbolar la bandera de la justicia por la niñez.
DOCENTE Y VOLUNTARIA DE LOS DERECHOS HUMANOS