• martes 24 de octubre de 2023 - 12:06 PM

Panamá en la encrucijada por contrato minero 

A medida que las manifestaciones se intensifican, la comunicación se vuelve más crucial que nunca

Como comunicador social, no puedo evitar sentir la urgente necesidad de abordar un tema que ha suscitado gran preocupación en Panamá: el contrato minero con la empresa canadiense First Quantum Minerals y las actuales protestas. Relacionando los acontecimientos previos, es innegable que la comunicación desempeña un papel central en esta encrucijada.

Este contrato minero, que otorga a una empresa extranjera acceso a valiosos recursos naturales de Panamá, ha generado un profundo malestar en la sociedad. A medida que las manifestaciones se intensifican, la comunicación se vuelve más crucial que nunca. La información precisa y equilibrada es esencial para empoderar a la ciudadanía y fomentar un debate público fundamentado.

La comunicación desempeña un papel vital en este contexto en varias dimensiones. En primer lugar, la información que “debería” brindar el gobierno de turno, debe fluir libremente para garantizar que todos los ciudadanos estén plenamente informados sobre los aspectos del contrato y sus consecuencias. Como panameños exigimos la transparencia y la rendición de cuentas por parte del gobierno y la empresa involucrada.

Es alarmante que, a pesar de las protestas y la creciente oposición a este convenio, todavía existen compatriotas que no comprenden completamente la magnitud de las implicaciones en juego.

Este contrato minero no es meramente un asunto de índole económica; es un tema que tiene un impacto directo en la soberanía y el futuro de Panamá en diversas dimensiones. Es sorprendente que haya ciudadanos que no estén plenamente conscientes de las repercusiones que este acuerdo podría tener en nuestra nación.

Debemos sopesar la gestión de nuestros recursos naturales. Este contrato otorgaría a una entidad extranjera un considerable control sobre la explotación de nuestros recursos, lo cual podría debilitar nuestra capacidad de regular y administrar de manera efectiva estos activos estratégicos en beneficio de todos los panameños. ¿Estamos dispuestos a ceder el dominio de nuestras riquezas naturales a intereses foráneos?

En otro orden de ideas, la preocupación por el medio ambiente no debe ser subestimada y es que las operaciones mineras pueden tener un impacto perjudicial en el entorno y en las comunidades locales, donde la pérdida de diversidad biológica y la degradación ambiental son amenazas genuinas que enfrentamos si este contrato avanza sin una evaluación adecuada de sus consecuencias para nuestro ecosistema y para las futuras generaciones.

Otro aspecto importante, es la cuestión territorial. ¿Es razonable que un acuerdo comprometa una parte significativa de nuestro territorio nacional? Esto trasciende el ámbito de una simple transacción financiera; es un tema que afecta nuestra soberanía territorial y la capacidad de nuestro gobierno para tomar decisiones sobre nuestro propio país.

La falta de conciencia sobre estas implicaciones es, en mi opinión, profundamente inquietante. Es nuestro deber como ciudadanos estar plenamente informados y participar activamente en la discusión pública sobre esta temática. La democracia se fundamenta en la participación informada de la ciudadanía, y la toma de decisiones cruciales como esta requiere que todos comprendamos completamente lo que está en juego.

Cada día que pasa, las cosas se ponen peores, y es urgente que se fomente un diálogo abierto.