- sábado 02 de abril de 2016 - 12:00 AM
¿Panacea o un gran espejismo?
Al prolongado retraso de la obra de la ampliación; los sobrecostos y reclamos de la empresa constructora que podrían duplicar el costo de proyecto; la ventaja tomada por el Canal de Suez al adelantársenos ampliando su capacidad para que por allá puedan transitar buques de mayor calado; la competencia que representará el canal a nivel por Nicaragua, ante la que los administradores de nuestro canal han adoptado la política del avestruz; ahora se han sumado factores climáticos que reducen la profundidad de los lagos que sirven al canal y que limitarán su capacidad para que transiten barcos de mayor tamaño o que los que actualmente lo hacen tengan que transportar menos carga y el hecho alarmante, por decir lo menos, de que muchas empresas dedicadas al transporte de carga hayan optado por la vía del Cabo de Hornos que les resulta más barata.
Esos factores, que afectarán la rentabilidad de nuestro Canal de Panamá, debieran preocupar a los responsables de manejarlo. Sin embargo, parecen vivir un irresponsable letargo o se desmandan con explicaciones antilógicas, como la que nos regaló el señor Quijano cuando se refirió a la decisión que han tomado muchas empresas del transporte de carga de preferir la ruta del Atlántico Sur, pues le resulta más económica que utilizar nuestro canal. Palabras más, palabras menos el sabio administrador dijo que frente a ese hecho se pondría en práctica lo que llamó ‘la estrategia verde', encaminada a convencer a los navieros de que pasar por el Canal de Panamá, por ser menos contaminante, debe motivarlos a seguir pagando más.
El transporte de carga, por si el administrador todavía no lo ha descubierto, es un negocio y sus operadores se gobiernan, pura y simplemente, con criterios utilitarios. En lugar de soltar semejantes ocurrencias, lo que debiera hacer es demostrar, con cifras, que la panacea prometida no está en riesgo de convertirse en un espejismo.
Abogado