Hace 48 años, los panameños estaban secuestrados políticamente por Omar Torrijos con la Guardia Nacional como soporte armado. Un grupo político de panameños de derecha y de izquierda lo respaldaban en la administración del Gobierno Nacional con exiliados, sin libertades democráticas, sin prensa libre, sin partidos políticos y un clima de miedos y temores entre los panameños, vigilados por un temeroso equipo de inteligencia y zapería criolla, llamado G2.
En medio de este clima, solo en la Universidad de Panamá, había libertad de expresión, movilización, discursos de oposición dentro de la Cerca Universitaria, con una buena cantidad de infiltrados del G2 en cada grupo estudiantil, y aunque no lo estuvieran, todos creíamos que allí estaban presentes.
Hace 48 años, en agosto de 1977, se presentaron los Tratados Canaleros negociados por Omar Torrijos y como un relámpago, Torrijos los anunció el 1 de septiembre y el 7 los estaba firmando en la OEA. Regresó el 9 de septiembre y ante una nutrida manifestación de apoyo, anunció el Plebiscito para el 23 de octubre de ese mismo año. Para decirlo a lo panameño, todos fuimos “sorprendidos con los pantalones abajo”. Pero hay sorpresas y decisiones inesperadas en nuestras vidas y también en nuestras sociedades que cambian las realidades de un día para otro y eso pasó hace 48 años con respecto a los opositores a Omar Torrijos y a sus negociaciones canaleras.
Unos días antes, el 7 de septiembre en horas de la mañana, mientras Omar y Carter, firmaban los Tratados Canaleros en la OEA, rodeados de mandatarios americanos, el Centro de Estudiantes de Derecho (CED) de la Universidad de Panamá, sacaba una tibia y pequeña manifestación de opositores a las calles que fue reprimida con 50 estudiantes detenidos. Miguel Vanegas, Jorge Flores y el que escribe esta columna, nos reunimos con el Rector Eligio Salas para pedirle la libertad de los detenidos y en la larga “quejadera” salió la idea de pedirle al Rector una reunión con Omar Torrijos, “cara a cara”, para democratizar el debate canalero. El Rector Salas prometió hacer las diligencias para liberar a los estudiantes y los mismos salieron de la cárcel esa misma tarde, pero no aseguró la reunión con Omar, comprometiéndose a realizar las gestiones. La verdad es que no creíamos que ese “cara a cara” que pedíamos a nombre de la oposición universitaria, sin pedirle permiso a los distintos grupos políticos opositores, se fuera a dar. Reinaba el “culillo”, la confusión y la desunión estudiantil.
Pero, el 14 de septiembre de 1977, llegó la sorpresa de nuestras vidas y de la vida del país. A eso de las 4 de la mañana, el Rector Eligio Salas me llamaba para anunciarme que el “viejo”, el “general” se reuniría con la oposición estudiantil a las 9 de la mañana en el Hotel Holiday Inn. Que fuéramos todos y puntuales.
Entonces se formó la “corredera” y a quienes le anuncié lo de la reunión y de paso la invitación, no entendieron unos y los otros tampoco que estábamos invitados a cambiar la historia de los panameños. Creo que Omar se la “rifó”, pensando en sus consecuencias y confiando en el corto tiempo para ese debate y en el “corto circuito estudiantil” y yo lo intuía, confiado en el nacionalismo histórico de los panameños.