- domingo 29 de diciembre de 2024 - 12:00 AM
Pese a los buenos deseos que todos nos damos para el Nuevo Año 2025, las cosas pintan para los panameños con nubarrones de dudas, frustraciones y males por llegar hacen que, pese a los tragos, música bailes y cenas, no estemos muy contentos con el año que se avecina. No dejan de tener razones los panameño con el horizonte que viviremos.
1. Los 25 años de haber entrado al Canal, muchos lo ven como la entrada de pocos en las “mieles canaleras”. De aprovechado, los que nunca tiraron una piedra ni pegaron un grito de rebeldía contra el Tratado de 1903 y sus reformas.
2. Las Reformas a la Caja del Seguro Social que nadan en aguas turbias de los que consideran que quieren robarse la “plata se la CSS”, sin proponer una alternativa real, objetiva y salvadora. O sea, unas reformas económicas que le den chen chen a la CSS para que sobreviva por lo menos por 25 años más.3.
3. La “Mina que Contamina” y el desastre para la economía panameña que ha sido su cierre, sin que sepamos como sustituir esas entradas, mientras El Salvador y Costa Rica, más pequeños que nosotros, anuncian sus propósitos de buscar recursos en la explotación Minera para enfrentar los problemas de sus pueblos.
4. Las amenazas de Trumph de tomarse el Canal de Panamá, aplicando el Paraguas de Pentágono, con arbitrariedad y prepotencia, ahora que 25 años después hemos demostrado capacidad administrativa técnica y segura en el manejo del Canal para todos los países del mundo.
5. Todos estos problemas en medio de un desempleo galopante, una deuda externa enorme, una economía estancada frente a los retos de la necesidad de una educación moderna, salud para todos, agua para los ciudadanos, trabajo con dignidad, producción de alimentos para la mesa panameña, luz eléctrica sin apagones, inversiones económicas para impulsar al país por senderos de progreso y bienestar general.
Los retos del Gobierno del Presidebte Mulino son muchos para el Nuevo Año 2025. Solo podrá enfrentarlos si hay una sociedad dispuesta a dejar el enanismo y sectarismo político que paraliza la unidad que debemos propiciar para salir adelante con éxitos y beneficios para todos.
No hay de otra, si no seguimos las advertencias de Omar Torrijos en la OEA, el 7 de septiembre de 1977.