- martes 28 de abril de 2015 - 12:00 AM
Nuestra participación política
Según la ONU, los jóvenes son un grupo social que comprende las edades entre 18-24 años, pero estamos viviendo en un mundo donde las condiciones sociales han impactado a este grupo y la edad se ha extendido. En Panamá vemos, en muchos organismos, que llega hasta los 30 años, inclusive, en otros países, hasta los 35. Pero, ¿cuál es la relevancia de este segmento social?
Como somos la generación con más acceso a la información, en parte gracias al internet, también somos una generación con poder y no solo con las ganas de transformar el mundo. Hemos visto cómo en los últimos años en Egipto se derrocó al gobierno de Mubarak, gracias a las redes y su capacidad de unir a una generación; en EE.UU., ocupamos Wall Street; en España, nos indignamos, y, en Panamá, estamos viendo el principio de una separación de poderes como contrapeso real al poder político. Ahora, ¿qué tienen en común todas estas protestas a nivel mundial?
Una vez cae el régimen que no tenía la aprobación popular, se instala un nuevo régimen que se convierte en lo mismo o peor. Todo el empeño que pusimos los jóvenes parece quedar en vano y se debe a que nos organizamos para protestar, mas no para gobernar. ¿Qué debemos hacer?
En Panamá, buscamos reformas a la constitución, pero no –necesariamente– un cambio de sistema político radical; por eso, para evitar caer en las tragedias de otros países, debemos darle una participación real a los jóvenes en la elaboración y ejecución de políticas públicas para nuestra generación. Establezcamos un Instituto de la Juventud, que evolucione eventualmente en un Ministerio de la juventud, esto sería el primer paso en la dirección correcta. De esta manera, podremos atender, en el lenguaje nuestro, las preocupaciones principales de los jóvenes, como acceso a trabajo digno, a una vivienda digna y a la educción, entre otras.
No somos solo el futuro, también somos el presente.
* Juventud Partido Popular