• domingo 23 de marzo de 2025 - 12:00 AM

Mujer 2025

Es fundamental reflexionar sobre el papel de la mujer en la sociedad actual, como pilar de la familia, compañera de vida, fuerza motriz y profesional en diversas ramas. La mujer ha demostrado su capacidad de liderazgo y contribución al desarrollo social. Su incursión en la ciencia y la tecnología continúa en aumento, consolidando su presencia en sectores tradicionalmente dominados por hombres.

A lo largo de la historia, las mujeres han sido incansables en la lucha por la igualdad de derechos en los ámbitos político, social, cultural, laboral y económico. Desde el inicio de su papado, el Papa Francisco ha resaltado la importancia del papel femenino en la Iglesia, la sociedad y la familia. Asimismo, Edith Stein, la monja carmelita polaca asesinada por las fuerzas de seguridad alemanas en 1942, expresó con claridad:

“No es por afán revanchista frente al varón como la mujer debe lograr su puesto en la sociedad moderna, sino prestando atención a lo que desde sí misma ya es y que, por lo que sea, no goza de reconocimiento universal.”

Es una realidad innegable que hombres y mujeres poseen la misma dignidad y están llamados a cooperar mutuamente. Cada uno, con sus características particulares, aporta valor a la construcción de una sociedad más justa. La complementariedad entre ambos es esencial para el desarrollo de la familia y el bienestar social.

Marzo de 2025 es un momento clave para evaluar los avances logrados y definir las agendas pendientes en un mundo marcado por la incertidumbre. La toma de posesión de un presidente estadounidense de perfil ultraconservador, respaldado por una élite de multimillonarios, y el auge del populismo de derecha, evidencian una reconfiguración geopolítica. Su política interna, basada en un marcado nacionalismo, plantea un desafío para la estabilidad global en los ámbitos político, económico y social.

Ante este panorama, hombres y mujeres debemos avanzar juntos, sin exclusiones, para construir un mundo más equitativo. Desde el hogar, los espacios laborales y las universidades, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de aportar al bien común y al progreso social.

Hablar de igualdad de derechos y oportunidades de la mujer, es hacer justicia con la mitad de la población mundial.

Es una realidad innegable que hombres y mujeres poseen la misma dignidad y están llamados a cooperar mutuamente. Cada uno, con sus características particulares, aporta valor a la construcción de una sociedad más justa.